Capítulo 27

24 5 5
                                    

Caminamos entre la oscuridad, tropezándonos seguido con pequeñas piedras. Ya estoy desesperada de caminar sin saber a realmente dónde voy. Sin embargo Marce asegura a ver visto a Gala caminar recto por aquí, y no tengo de otra opción que creerle y seguirla.

–¿No trajiste tu celular? –inquiere suavemente Marce.

–¿Para que si no hay señal? –escupo y ruedo los ojos.

¿Pero qué dice? Solo bobadas.

–No para llamar, para alumbrar el camino.

Oh, bueno, ya no son bobadas.

–Mmmm, no. Salí sin pensar bien las cosas. –me excuso. Paro en secó al ver a varias personas al fondo, rodeando una gran fogata. –Igual, creo que ya no lo necesitaremos. –sonrío alegre y giró para ver a Marce quien me mira confundida, por lo que señalo con mi dedo al frente.

Cuando alza su vista, entorna los ojos para asegurarse que ve bien, una sonrisa genuina se forma en su rostro.

–¡No nos perdimos! –exclama alegre, y empieza a dar pequeños saltos.

–¿No que estabas segura de que este era el camino? –le reprocho.

–Bueno, –sube los hombros– con decirte que estábamos perdidas no hubiera ganado nada. ¿Vamos?

Suspiro –Vamos.

A medida de que nos acercamos los nervios empiezan a hacerse presentes. Hay muchas personas, y la verdad a ninguna la conozco.

Escaneó el lugar, no solo hay una fogata, hay varias pequeñas con gente alrededor. Noto que el terreno es yermo, lo que me relaja de pensar en posibles accidentes. Sigo observando el lugar mientras me acerco, y lo veo a él. Está alejado de los demás, apreciando solo la gran panorámica de la ciudad, quiero salir corriendo y saludarlo, y estoy apunto de hacerlo pero...

–¡Chicas! –dice Gala sorprendida de vernos. –Ya iba a buscarlas.

–Pues nosotras nos adelantamos, estábamos muy asustadas porque no regresabas –contesta tiernamente Marce.

–Estoy bien, me demore un poco en encontrar el camino, no se debieron preocupar. Pero bueno ¿Alguien las guío? –pregunta curiosa.

–Sip, yo. –dice Marce orgullosa– Escuchamos ruidos extraños y sin pensarlo dos veces venimos corriendo hasta aquí, buscándote.

La sonrisa de Gala disminuye, y su expresión endurece.

–¿Cómo?

–Pues pensamos que estabas en peligro ya que no volvías y salimos a buscarte...

–Con mi carro –agrega Gala esperando que le confirmemos.

Noto como Gala se inquieta, miro a Marce pero ella está distraída y no se percata de nada.

–No. –contesta Marce segura– Literalmente salimos corriendo, sin pensar en nada...

–¿¡O sea que dejaron mi carro solo, en medio de la nada!? -Interrumpe Gala con tono fuerte.

Marce y yo nos miramos nerviosas, cayendo por fin en cuenta de ese pequeño detalle... bueno gran detalle, sin siquiera considerarlo dejamos en auto de Gala, sin seguro, y con las llaves.

–Ehhh no hay de qué preocuparse...

–Díganme que no dejaron las llaves, en el auto. –musita.

–De hecho... sí –Gala frunce el ceño, y noto como Marce traga saliva– pero no debes preocuparte porque nadie pasa por ahí, así que no hay problema... –Gala pasa por nuestro lado hecha una furia– ¿A dónde vas?

Te encontré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora