Avril
Salir con Julián es una gran forma de distraerme, él sabe perfectamente que si no me sacan de casa me volveré una peligrosa antisocial.
Me recordó el favor que le debía por ayudarme aquella noche para presentarme, como una deuda que le debía pagar, y pues... yo no tuve de otra que aceptar –además que no era tan mala idea conocerlo más y despejarme-.
Salir no es tan malo, de hecho lo estaba disfrutando completamente porque la mayoría de pensamientos tristes fueron desplazados por conversaciones cómodas, con toques de diversión y chistes malos. Pero como si fuera un pecado dejar de pensar en Jean todo se empeña para recordarmelo.
Me quedo como tonta mirando la calle, en la misma en dónde busqué desesperada a Marce quien se suponía que me llevaría a casa, y en dónde no tuve más opción que ir con Jean…
–Yo solo quería regresar a casa, y ahora...
–Avril, mírame –demandó. Alcé la vista, tratando de ocultar lo nerviosa que estaba—. no te dejaré sola, ¿Bien? ...¿Vamos? —me ofreció la mano y aunque dudé, la tomé.
Jamás debí tomarla, eso fue el inicio de todo.
—Adelante —dice Julián sacándome de mis pensamientos. Hace un espacio en la puerta para que entre.
Pasamos por el pasillo inicial que es bastante oscuro, poco a poco luces de colores hacen presencia, junto a ellas fuerte ruido de la música que retumba en mis oídos de forma violenta. Hay demasiada gente en el lugar, algunos rostros se me hacen bastantes conocidos pero no logro recordar de dónde, y como si yo también fuese reconocida para ellos varios me miran con cuidado.
Suelto aire lentamente.
—Avril —me llama Julián casi en un grito por la música.
—¿Sí?
—Voy a saludar a unos amigos, están en esa mesa —señala una mesa con varios chicos y chicas que nos miran interesados—, no tardo, lo juro.
—Sí, no hay problema —me apresuro a decir—. Aquí me quedo. —asiente y enseguida se aleja.
Ja, y yo que pensé que no volvería a este lugar.
Dos muchachas pasan a mi lado empujándome, seguramente están borrachas. Trato de hacerme en un punto no tan transitado pero es imposible, este lugar está repleto.
¿Alguna vez han sentido que solo estorban en un lugar? ¿Como una maceta mal puesta? En este momento me siento así.
Me quedo parada como una tonta en medio de la gente que baila, así sin más. Me acomodo en mi puesto una y otra vez. No ha pasado más de un minuto pero yo siento que han sido años. Varias personas me miran de pies a cabeza, seguramente preguntando "¿Y está qué?" "¿Se cree un poste?".
Nuevamente dos chicas pasan empujándome con el hombro, una seguida de la otra. No sé si sea coincidencia o si sean las mismas dos chicas de hace un momento. Ríen tan escandalosamente que llaman la atención de varios provocando que distintas miradas caigan sobre mí.
No sé si es cosa mía pero junto a sus miradas veo como empiezan a murmurar, ¿Hablan de mí?
Al sentir cierta presión empiezo a caminar sin rumbo fijo, solo avanzo entre la gente hasta que veo el bar. Dejo de caminar y lo miro fijamente. No me acerco pero me quedo admirandolo.
Siento el peso de una mirada y escaneo toda la mesa, encontrando únicamente a personas que me dan la espalda. Estoy apunto de volver para buscar a Julián hasta que doy con Karen, quién me mira estupefacta.
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Te encontré.
Fiksi Remaja- No te termino de entender Avril...-Busca mi mirada, pero yo evito la suya a toda costa. - No me importa sí me entiendes o no. - Pero a mí sí...-se acerca a mí y toma mi rostro con ambas manos- ¿a qué le tienes miedo? Sí tú me quieres y yo te quier...