capitulo 47

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Avril

¡Mi cabeza está apunto de reventar!

No puedo abrir bien los ojos pues una intensa luz cae justo en mi cara, haciendo que despierte fastidiada.

Me giro de mala gana hasta encontrar una sombra que cubra mi rostro. Solo con hacer unos cuantos movimientos es suficiente para que mis músculos me duelan.

—Agh —gimo del dolor.

¿Por qué me siento así? 

¿Qué pasó anoche? ¿Eh?

A ver, llegué a la discoteca, estaba Jean, tan lindo como siempre… ¡Avril concentrate! Ah discutimos, llegó Karina... y... ¿qué más? ¡Ah! Aparecieron Jean y Karina y se sentaron con nosotros.

Luego de eso… ¡Luego de eso ¿Qué?! Hasta pensar me duele.

Vamos Avril, ¿qué pasó después? 

¡Me puse a beber! Sí, sabía horrible pero me tomé unas cuantas co... ¡Oh por dios!, ¡mamá me va a matar!

Me siento de un movimiento en la cama, lo cual es la peor idea del mundo, porque todo a mi alrededor empieza a dar vueltas, provocando que las náuseas aparezcan.

Respiro tratando de disminuir todo el caos de mi cuerpo. Trato de abrir los ojos poco a poco pero hay tanta iluminación que realmente se vuelve complicado. Cuando al fin me acostumbro, descubro algo que me deja paralizada.

¡Estoy en una habitación que no es precisamente la mía!  Ay Dios, ¿qué pasa?

Miro aterrada la cama, la ventana, la puerta, las paredes, el techo pero absolutamente nada es familiar.

De pronto el sonido del agua cayendo llama toda mi atención. Hay alguien en el baño, pero ¿quién... en donde estoy?

Me levanto procurando no hacer mucho ruido. Al estar de pie un aturdimiento ligero me obliga a apoyarme contra la pared.

Necesito tomar algo, mi garganta arde, está completamente seca. Miro hacia el baño pero me niego a entrar ahí, es mejor salir de aquí.

Pero aunque quisiera salir sin problema no puedo, porque en vez de tener puesta mi ropa llevo un saco, ¿Y mis pantalones? ¿¡Dónde carajos están mis pantalones!?

¿¡Qué pasó!? ¿¡Qué hice!? ¡Ahhhhh!

Okey, respira Avril, piensa.

Escucho como se cierra la llave por lo que me apresuro, busco mi ropa por todo el espacio pero no hay nada, abro los closets que están completamente vacíos, me agacho ignorando que mi cuerpo grita que me deje de mover, solo para mirar debajo de la cama, con la esperanza de encontrar por lo menos mis zapatos.

—Ehhhh, Avril. ¿Qué haces?

—¡Ah! —levanto mi cabeza de un golpe obteniendo como resultado algo positivo y negativo.

¿Lo positivo? ¡Marce es quien habla!

¿Lo negativo? Mi cabeza duele como nunca.

—¡¡Marce!! —Me arrastró hasta sus piernas y la abrazo— Me estoy muriendo, ayudame.

Marce suelta pequeñas risillas, se inclina un poco hasta ayudarme a sentar en la cama.

—No te estás muriendo, se llama resaca —Explica suavemente—. Eso le sucede a la gente que hace cosas solo por llevar la contraria.

Bufo— ¿Sí? Pensé que le pasaba a la gente que bebía como loca.

—También —inclina los hombros.

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