Capítulo 46

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JEAN

Miro con gran preocupación a Avril, y aunque le advierto una y otra vez las posibles consecuencias de beber tanto por primera vez, me ignora… bueno, no solo me ignora, me contradice.

Cómo si en esta mesa nadie la conociera todos hacen barra para que siga tomando. Es como si no notaran cada mueca que hace al beber una copa, es claro que no le gusta pero sigue.

¡Que inmadura! ¿Realmente estás haciendo esto para contradecirme? 

Dejó de decirle que pare con la intención de que se detenga. Tal vez si ve que le dejé de dar importancia deje de beber, pero no es así.

Pide otra, otra y otra. Hasta el punto que la botella ya está junto a ella, como una nueva amiga.

Pasan los minutos, y Gala arrastra a Marce a la pista de baile, Karen se retira -no sé exactamente a dónde-, y Avril empieza a hablar con Julián fluidamente.

—Jean, ey Jean —una mano pasa frente a mí, sacándome de mis pensamientos— Voy a saludar a alguien, ¿Me acompañas o…? —dice Karina, mirando a Avril como si fuera la razón por la que me quedaría, y tiene razón.

—Yo me quedo —le aviso-—, no te preocupes. Ve y diviértete.

Kari asiente, se levanta de su puesto, toma su bolso y se aleja. La observó desaparecer poco a poco entre la gente hasta que las fuertes carcajadas de Avril llaman mi atención.

Ella está hablando con Julián muy cómodamente, no logro entender lo que dice pero Avril ríe sin parar.

—Te lo juro. —alguien entre la gente grita el nombre de Julián, captando su atención— ¡Oh! Dame un momento, ya vuelvo —dice Julián entre risas, se para de la mesa y se acerca a otro grupo en una mesa no tan lejana.

Avril, lo observa con atención, luego desplaza su mirada hacia la pista de baile. La veo parpadear varias veces como si tratara de comprender algo.

—¡No puede ser! ¡Oh, me gusta esa canción! —grita fuertemente, como si estuviera asombrada. —empieza a balbucear la letra mientras alza el brazo y lo agita torpemente al son del ritmo de la música.

Vaya, jamás pensé verla así.

Si toma otra copa será suficiente para que esté completamente borracha. Observó la mesa tratando de ubicar las botellas, que para mí mala suerte están justo al lado de ella. Me estiró un poco para agarrar una y luego otra pero antes de tomarlas Avril las aleja de mí, poniendo las en el asiento de su lado.

—¿Qué? —se inclina un poco y susurra— ¿Quieres una copita?

Ja, esto es lo más amable que me ha dicho esta noche. 

—Más bien quiero las botellas?¿me las puedes pasar?

—Mmmmm —finge considerarlo—, no. Eres muy amargado, y veo cuáles son tus intenciones, amargarme a mi también, ¡Y no lo permitiré!

—Avril, no estás bien, si vuelves a tomar…

—¿No estoy bien? ¡Ja! Estoy perfectamente ¡Me siento feliz! —toma una de las botellas y las pone sobre la mesa, agarra una copa y sirve— ¡Hasta el fondo! —Grita. Alza la copa y la toma rápidamente antes de que pueda decir algo —. ¡Otra!

Antes de que pueda tomar la botella la agarro rápidamente, alejándola —No, no vas a tomar más. 

Frunce el ceño. Me mira a mí y luego a la botella —¿Qué? Claro que sí, a ver pásamela —estira su mano en un intento torpe para quitarme la pero solo me basta con hacerme un poco hacía atrás para negárselo—. Ahhh ¿no me la vas a pasar? —sus palabras ya empiezan a sonar arrastradas.

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