Capítulo 40

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Avril

Doy vueltas en mi cama buscando la posición correcta para dormir, pero no la hallo. Sé que hace mucho amaneció, pero sigo intentando descansar, así sea un poco antes de alistarme para esta noche.

Luego de llegar a casa ayer, me encerré en mi cuarto. Traté de descansar, de dormir, pero todas las cosas que rodean en mi cabeza me lo impidieron. Traté de leer pero las palabras se perdían totalmente al recordar lo que ví, lo que sentí...

Ver a Jean y a Karina juntos luego de que me asegurara que solo se encontraba con Edwin, lo derrumbo todo. Toda esa confianza ciega que le tenía, todos esos momentos y palabras, toda esa "realidad" de nosotros... Ya ni siquiera sé si existió un nosotros.

Y aunque todo este escenario parece claro, yo aún mantengo una pequeña esperanza, ese algo que me dice que todo fue real, que es un mal entendido y que al hablar con él, todo se aclarará.

Mi celular vibra, sacándome de mis pensamientos. Lo tomo, aprovecho para revisar la hora, ya es la una de la tarde, y yo sigo aquí tendida como una morsa. Deslizo mi dedo sobre la pantalla, contestando la llamada entrante de Marce.

-¿Hola? Avril, al fin contestas.

-Hola, ¿Cómo...

-Sé que debes estar muy ocupada pero necesito avisarte de una vez, antes de que sea más tarde. -dice apresuradamente.

-Ehh, de hecho, no estoy ocupada -mi voz es suave y perezosa-, aún estoy en cama.

-Oh... ¿No deberías estar ya en el instituto?

-No, en unas horas, aún tengo tiempo. Pero ¿qué querías decirme? -bostezo y cierro los ojos. Tuve una noche horrible, no estaría mal quedarme dormida de pronto.

Suspira -Avril -parece dudar-, lamento mucho decirte que no podré ir a tu presentación. -su voz es baja y avergonzada.

Abro los ojos y me siento en la cama de inmediato, mi espalda pegándose contra la cabecera -Espera, ¿Cómo que no?

-Perdoname. No contaba con que adelantaran la fecha sin previo aviso, y hoy tengo un compromiso muy importante con Gala -no digo nada así que continúa-. Es lo que te quería decir ayer apenas me enteré, pero saliste a la casa de Jean y no me escuchaste -Exhala-. Además, te intenté llamar ayer pero no contestaste, no me quedó de otra que llamarte hoy... y... yo... lo siento.

-... -abro la boca para hablar pero la cierro, ¿Qué le puedo decir? ¿Que me desanima? ¿Qué realmente quería que estuviera conmigo? ¿Eso de qué serviría? Solo la haría sentir culpable, y no quiero eso.

-¿Avril? -me llama al no recibir respuesta- ¿Me escuchaste? -inquiere, preocupada.

-Sí, sí, te escucho. -respondo monótonamente.

Parece esperar que diga algo más, pero cuando se empieza a extender el silencio interviene nuevamente -¡Oh, vamos! Dime algo -su voz temblorosa, intranquila-. Insúltame si quieres, dime lo que sea, pero no te quedes callada, por favor.

-Es que no sé qué decirte -replico-. No esperaba esto... -trato de sonar indiferente, aunque sí me empiezo a sentir mal.

-¡Yo tampoco esperaba que adelantaran la fecha! -suspira- Sé que te lo prometí, y sé que esto es muy importante para tí, es por eso que necesitaba decírtelo, explicarte. -su voz es suave pero a la vez inquieta- Perdóname, en serio perdóname, Avril, te fallé.

-Ya, basta, no te culpes. Solo puedo decir que... te echaré de menos. -Finjo una sonrisa aunque sé que no me está mirando. Y aunque trato de evitarlo mi tono es apagado. Parece que lo nota pues escucho como suspira.

Te encontré.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora