Capítulo 13

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Avril:

–¡Llegamos!– dice Gala estacionándose.

–Guau, ya hay una gran fila–dice Marce mientras de desabrocha el cinturón.

Hay muchas personas, en su gran mayoría adolescentes. Salimos del auto y entramos a la fila, afortunadamente no tenemos que esperar mucho para entrar, pues abren las puertas de la discoteca y las personas empiezan a ingresar. Al tiempo se escucha la fuerte música reproduciéndose, es tan fuerte que las ventanas empiezan a temblar.

Al inicio todo está oscuro, por lo que para caminar agarro a Karen de atrás para saber a dónde ir y no tropezarme. Cuando pasamos el pasillo de entrada encuentro las luces de diferentes colores que me marean, poco a poco me voy acostumbrando.

–¡Por aquí!– grita Karen, guiándonos a una mesa desocupada.

–¡Disculpa!– llama Gala a un mesero, quién se acerca rápidamente y saca su agenda del bolsillo – nos traes por favor cuatro cervezas.

–¡Oh para mí no!– decimos al tiempo Marce y yo. A mí no me gusta el alcohol y aunque a ella sí, es la encargada de conducir al regresar.

–Ay amor, solo una. No te vas a poner borracha por eso– le dice Gala a Marce mientras que la abraza.

–Bien solo una –acepta mientras se ríe– ¿Tú definitivamente no Avril?

–No. Por favor que sean tres cervezas, gracias–le digo al mesero quién asiente y se retira.

–Prometiste que te divertirás –dice Karen haciendo pucheros.

–No para divertirse se necesita alcohol. –Karen bufa.

–Eso es cierto –dice Gala, mientras que se levanta y le ofrece su mano a Marce– vamos a bailar amor, mientras llegan las bebidas – Marce se levanta y ambas se van a la pista.

Giró para ver a Karen, se nota que quiere bailar. Yo solo sirvo para hacer estorbo aquí.

–¿Quieres... bailar? –la invito, rogando para que diga que no.

–Si no lo decías tú, lo decía yo. ¡Vamos!– me jala a la pista, y empieza a bailar.

Mi intento de baile es fracasado, solo muevo mis hombros e inclino ligeramente mis rodillas. Se acaba la canción y yo solo me quiero sentar.

Veo como el mesero llega con las cervezas y es la oportunidad perfecta para volver a mi asiento –¡llegaron las bebidas! –les grito a las chicas fingiendo que estoy emocionada, corren a la mesa, menos Marce que me da una pequeña sonrisa. Ella sabe el esfuerzo que estoy haciendo para estar aquí.

–Jamas había venido a esta discoteca, no está nada mal– dice Gala dando su primer sorbo a la bebida.

No pasan ni tres minutos y Gala y Marce ya se tomaron todo y vuelven a la pista de baile.

Karen empieza a hablar de los chicos que le parecen atractivos bailando, y las mil formas de seducirlos para que se vuelvan loca por ella. Yo solo asiento y trato de aparentar que me interesa esta conversación. Sé que ella está sentada aquí conmigo para no dejarme sola, y si esta es la manera que hará que no se aburra, solo me queda escuchar.

Han pasado como veinte minutos, cinco canciones, y cuatro rondas de cerveza en las que solo e bebido la mitad de una.

La pareja de tórtolas sigue en la pista bailando, y Karen me sigue contando sus mil estrategias de seducción.

–¿Karen? – la llama una voz masculina que interrumpe nuestra conversación.

–¡Edwin! ¿Qué haces aquí? –se para Karen, se nota que este chico le interesa mucho.

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