Varias compañeras que ni siquiera cruzaban palabra conmigo, ahora me rodean mientras me hacen mil preguntas.
No comprendo a ninguna pues todas hablan al mismo tiempo. No sé quién, pero me empiezan a empujar hacia el salón con tanta fuerza que no puedo frenar. Me agarran de los hombros y me guían hacia una silla para tomar asiento.
–Guau eso fue realmente loco, jajaja –Dice cálidamente Evelyn, la representante de la clase.
–Ehh sí, fue algo... loco. –respondo insegura, mientras miro extrañada a todas. Están tan cerca de mí, que siento algunas de sus respiraciones.
–Ay amiga, ¿Cómo es eso que andas con Jean? –dice Evelyn con una gran sonrisa.
–Mari me había comentado que Jean ya tenía pareja, –dice seria Lara, la mejor amiga de Evelyn, con la mirada perdida– ¿Eres tú? –inquiere incrédula y con un ceja arriba– ¿Tú eres la pareja de Jean?
–¿Qué eres ciega? ¿No viste lo que pasó allí afuera? –dice otra de las chicas.
–Dime Avril, confirma lo que acabamos de ver... es que, es difícil de creer.
Sí, tal vez es difícil de creer.
–¿Para qué quieres que lo confirme? ¿No escuchaste? El mismísimo Jean fue quien lo gritó a los cinco vientos.
–Este...
–¡Buenos días, por favor se acomodan en sus puestos que vamos a iniciar la clase! –dice el profesor mientras que entrecierra la puerta de atrás de él.
Todos incluyendo a las chicas se sientan, pero alterando el orden del salón, no se sientan como es costumbre atrás si no que se sientan justo detrás de mi, Evelyn a mi lado. Busco entre mis compañeros a Marce o a Karen pero no están, para irme con ellas pero no están.
–Disculpe, maestro puedo...
–No, no puede entrar señorita. –miro hacia la puesta en dónde hay una tímida Karen asomada.
–Maestro, es el primer día y...
–Usted sabe las reglas, debe llenar un comparendo si quiere entrar. Ahora fuera de mi salón. –dice el profesor, y se para a escribir en el tablero.
Karen pone los ojos en blanco y sale del aula, quedando justo frente a la puerta.
–Es que es tan ridículo –escucho como susurran detrás de mí. –ella cree que de verdad es afortunada.
–A mi me da tristeza, seguro no tardo en convencerla, y como ahí la ven, con falta de amor corrió al primero que le dijo "te quiero" –ríen suavemente.
–Seguro se la lleva a la cama y...
–¿Cómo dices? –inquiero rápidamente, girando.
–Ayyy amiga, tranquila –Evelyn toma un mechón de mi pelo– es que jamás nos imaginamos que, Jean se fijaría en ti, entenderás que hay suposiciones.
–¿Qué importa lo que ustedes piensen? –sabia que esto pasaría, pero no quiero explotar frente a ellas y mucho menos en medio de la clase, así que trato de mantener la calma.
–Silencio. –Vuelvo mi vista al frente, encontrando al profesor quién nos mira con una expresión de advertencia.
–No es lo que nosotras pensemos. Amiga, solo queríamos confirmar. –susurra Evelyn en mi oído.
–Buff –Alguien bufa y cuando giro un poco noto que es Lara, nuevamente como si hablara para si misma, dice– Debe ser una apuesta.
–¡Pensé lo mismo! –se apresura a decir otra. –un reto, ya lo hemos visto con otro chico de último grado, –parece pensar el nombre, y cuando lo recuerda chasquea los dedos– Polo. Ya vieron, un reto, y como terminó.
–O simplemente está juntado con ella –una murmura, como si aún no notarán que las estoy escuchando.
–No, Jean no es así –algo dentro de mi se aprieta–, no sería capaz de apostar relacionarse con alguien como Avril. No debe ser algo serio, ¿verdad Avril? –dice Lara mirándome fijamente.
–Por un momento pensé que conocías a Jean, ¿pero lo acabas de decir? Es tan ridículo. –mascullo.
–¡Ridícula tú! –dice en un susurro fuerte, que hace que varios en el salón pongan atención,–, que piensas que alguien como él podría fijarse en alguien como tú –recuerdo las palabras que Mari dijo aquella vez en la fogata– ¿Tú sí lo conoces, Avril? ¿Segura?
–Lo conozco muy bien, de seguro muchísimo mejor que ustedes. –mi tono se vuelve fuerte y frío, a la defensiva.
¿En qué carajos les afecta? ¿Cuál es la necesidad de meterse en lo que no les incumbe?
¿Porqué quieren que dude de él, de mi...
Bajo la vista, las preguntas revoloteando mi mente.
–Ayy amiga, tal vez deberías escucharnos ¿No es raro que varios te digan lo mismo? Amiga...
–¡Y ya déjame de decirme amiga! –me levando bruscamente– Tu no eres mi amiga Evelyn, ninguna aquí es mi amiga y si venían para que les confirmara el chisme, está bien. –empujo la mesa para poder salir.
–¡Señorita, cállese y siéntese!. –ordena el profesor en un grito, pero lo ignoro pasando por su lado me acerco al tablero, frente a todos.
– ¡Si quieren que les diga si Jean y yo salimos, la respuesta es sí! ¡Llevamos ya más de un mes como novios! –las chicas abren sus ojos como platos– Y seguiremos por mucho tiempo más, no se preocupen –termino pronunciando lentamente, no dejo que alguien diga algo pues salgo corriendo del salón.
Entro al baño, y lavo mi rostro, quiero despejarme.
–Esta bien que no te dejes amedrentar de nadie.
Alzó mi vista y veo el reflejo de Karen en el espejo.
–¿Crees que estuvo bien?
Parece dudarlo –En parte.
–¿En parte?
–Así dejarán de pensar que eres alguien a quien pueden intimidar cuando quieran –asiento orgullosa de eso, por lo que sonrío– pero... ya no tendrás cara cuando Jean te deje.
Mi sonrisa se desvanece.
En este momento, necesitaba a alguien más que nada que me dijera que está bien, que esté segura y que no debo dejarme llenar la cabeza de basura, que me ofreciera su mano, su apoyo... pero no... Nadie está aquí.
–Gracias. –Digo fría. Paso por su lado, para salir del baño.
–Yo solo quiero que veas la verdad Avril, mi intención no es hacerte mal o insegura. No quiero que te lastime.
–Y yo solo quiero que alguien me apoye en esto. –la miro por unos segundos, pero no responde nada.
Bajo las escaleras, todos los pasillos vacíos. Entro a la zona verde, el lugar en el que intercambie mis primeras palabras con Jean, en las que...
–Fuiste muy grosera. –Giro, y veo a Jean, detrás mío. Con una pequeña sonrisa.
–¿Cómo dices?
–En este lugar –camina, hasta quedar al lado mío– fuiste tan grosera. Pero espere, porque sabía perfectamente que no eras así.
–Yo también, sabía...y sé que eres el mejor hombre del mundo, y no me pueden hacer dudar.
Jean extiende su mano, y sé, que la única mano que necesito es la suya.
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Te encontré.
Teen Fiction- No te termino de entender Avril...-Busca mi mirada, pero yo evito la suya a toda costa. - No me importa sí me entiendes o no. - Pero a mí sí...-se acerca a mí y toma mi rostro con ambas manos- ¿a qué le tienes miedo? Sí tú me quieres y yo te quier...