Lo mío no son las fiestas, pero heme aquí, preparándome para una.
Miro mi clóset, buscando la ropa perfecta para la ocasión, lo que es chistoso porque sé perfectamente qué me tendré que poner. No tengo mucha ropa, aproximadamente tengo tres vaqueros desgastados, unas cuantas camisas y una chaqueta, lo que no sirve para nada en esta ocasión.
Cierro las puertas del clóset, me agachó para abrir un cajón, y tomo el único vestido doblado en este, lo saco y lo extiendo para mirarlo bien. No me convence.
–¿Otra opción? No hay, no existe. -digo para mi.
–Pero no está nada mal –dice Karen levantándose de mi cama, para tomar el vestido– me parece muy bonito ¿Por qué no lo había visto?
–Porque no me lo había puesto. –No suelo utilizar vestidos, es muy rara la ocasión en la que me pongo uno.
–Ya veo. ¡Pues que esperas, póntelo y vámonos!
Lo ojeo una vez más, con dudas. No me quiero sentir incómoda, y antes de pensarlo otra vez Karen lo dice en voz alta:
–"¿Otra opción? No hay, no existe"–me arremeda– ya déjate de rodeos y póntelo, no deben tardar Gala y Marcela.
–Pero...– la verdad no tengo ánimos de salir, me encantaría quedarme en la cama viendo una serie de Netflix, reaccionando a memes o durmiendo, cualquier cosa que no implique salir.
–Pero nada–me toma de la cintura y me empieza a empujar– si es necesario yo misma te cambiaré.
–Agh, bien, espérame aquí–le digo mientras me dirijo al baño, y ella se sube a mi cama –.Y por favor, no subas los pies a la cama, si mi mamá te encuentra te vuelve papilla.
–¿Y si me quito los tennis?
–Es...aceptable, creo.
–¡Perfecto!– se retira los tennis– tú concéntrate en lo tuyo para que sea más rápido Avril.– dice mientras que toma el control y prende el televisor.
–Bien. –Cierro la puerta del baño, y me quito la bata blanca que me cubre.
Se suponía que Karen llegaría en media hora, lo que me permitiría estar duchando sin ningún afán, pero llegó hace 15 minutos mientras estaba en el ciclo de enjuague, y no me quedo de otra que apurarme.
Me pongo el vestido con cuidado, ya que está algo viejo y no quiero que se rompa. Ahora me queda mucho más ajustado que la última vez que me lo puse, lo que me beneficia en cierta manera, pues resalta mi figura y permite que me vea... bastante bien.
Empiezo a desenredarme el pelo y darle forma, cuando mi celular vibra.
–¡Whatsapp!–tomo con prisa el móvil, esperando que sea él quien me escribió, pero no– "Gala ya me recogió, vamos para allá" –leo el mensaje de Marce. Bloqueo el celular.
Ya pasó un día completo y no he recibido ningún mensaje de él. Bueno ¿Qué esperabas Avril? No le contestas, lo dejas en visto, y ¿esperas que siga escribiéndote cómo si nada?
Me miro al espejo– Eso era lo que buscabas, alejarlo, ¿Ahora de qué te quejas? –me recrimino.
Oh guau, me es imposible pasar desapercibido mi rostro, me veo horrible, estoy pálida y con una expresión de enferma.
–¿Necesitas ayuda? – pregunta Karen mientras entra al baño.
–Mmm no, creo que estoy lista.
Me observa de arriba a bajo de forma exagerada con una mueca– Pues crees mal, porque no estás lista. Avril, ponle ánimo, parece que no quisieras salir de esta cueva.
–No tengo ganas de nada...
–Pues lo lamento mucho por ti, pero así sea a rastras te sacaré, y haré que te diviertas esta noche. –Toma su bolso– Ven acércate, te voy ayudar... ¡Avril! –grita al ver que no estoy poniendo de mi parte.
–Bien, ya, no es necesario gritar –me acerco de mala gana.
En serio, no miento al decir que el ambiente ruidoso y apretado no es lo mío.
Nada bueno quedará de esta salida, estoy segura.
Jean.
–Debe ser aquí. –miro el lugar detalladamente tratando de recordar las características que Edwin me dio.
Parece ser el lugar, sin embargo no hay nadie haciendo fila para entrar, lo que no es una buena señal. Seguramente es muy temprano para abrir una discoteca.
–¿En dónde estás? –se suponía que Edwin ya me estaba esperando en este lugar, por lo que miro a todas partes tratando de dar con su paradero.
Al no encontrarlo decido ir a mi auto y esperarlo adentro. El lugar en que lo estacioné me permite tener una panorámica de toda la calle, por lo que será más fácil verlo cuando llegue.
Antes de retirarme, veo Edwin salir de la discoteca.
–¿Jean? ¿Por qué no entras?
–Oh, pensé que no habías llegado y que aún la entrada a la discoteca no estaba disponible.
–No está disponible, bueno, no para los demás pero para nosotros si. –me hace una señal con la mano, antes de volver a entrar– Sígueme, con confianza.
Al entrar, observo un espacio bastante amplió y solitario.
–¿A qué hora se empieza a llenar esto?
– Maso menos en media hora.
– ¿Y hay alguna razón por la que estemos aquí antes de la hora de entrada?
–Tenía que venir a saldar algunas deudas, y aproveché para darte el pase rápido, porque aunque no lo creas, en este momento ya debe estar empezando a crearse una gran fila afuera.
–¡Edwin, necesito hablar contigo! –dice de forma amenazante un hombre de traje negro y expresión fría, tomándonos por sorpresa.
–¿Todo bien? –pregunto al ver a Edwin nervioso.
–Sí, sí, nada importante solo...
–¡Ahora!– interrumpe de un grito aquel hombre, se ve bastante molesto.
–¡Voy!– se empieza alejar– acomódate dónde quieras, si quieres ve pidiendo una botella o lo que quieras. Ya vuelvo. –agrega rápidamente antes de desaparecer por una puerta con aquel hombre.
Veo como los trabajadores del lugar empiezan a parecer y arreglar los últimos detalles antes de abrir el lugar. Me acerco al barman, y le pido un vaso de agua.
–¿Agua? ¿No quieres algo más fuerte? -me da una mirada extrañada.
–Es muy temprano para empezar a beber. -digo sin prestarle importancia.
–Es cierto. Eres amigo de Edwin ¿no es así?
–Sí... ¿lo conoces hace mucho?
–Ufffff hace demasiado -siempre pensé que Edwin no solía frecuentar los mismos lugares, que cambiaba de discoteca cada vez que podía. Pues parece que estaba equivocado, tiene mucha familiaridad con este lugar y sus trabajadores.
Pasan varios minutos y Edwin no ha regresado. Giró a la entrada, y veo cómo las personas empiezan a ingresar, junto a ellas la fuerte música aparece, y los meseros empiezan a anotar los pedidos rápidamente de los clientes.
No han pasado ni cinco minutos, y este lugar ya tiene a mucha gente. Solo espero que esta no sea una larga noche.
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Te encontré.
Teen Fiction- No te termino de entender Avril...-Busca mi mirada, pero yo evito la suya a toda costa. - No me importa sí me entiendes o no. - Pero a mí sí...-se acerca a mí y toma mi rostro con ambas manos- ¿a qué le tienes miedo? Sí tú me quieres y yo te quier...