Storms (+18)

Cap 24: Travesuras en medio de una confesión.

Mis brazos se sujetan a su cuello permitiéndome sentir la dureza de sus hombros. Ese aroma que todo el tiempo se desprende de su figura consigue siempre hipnotizarme y esta noche no está siendo la excepción, junto a él me vuelvo vulnerable y sumisa ¿Cómo evitarlo? ¿Cómo podría volverlo tan loco como el me vuelve a mí? Su cuerpo se relaja y poco a poco responde a mi abrazo con fuerza, por un momento logro sentir el roce de su nariz como si intentara apoderarse de mi olor ¿O soy yo quien lo hace? No estoy segura, lo único que está más que claro, es que mi subconsciente y yo nos rehusamos a la idea de que vuelva a desaparecer, porque no imaginamos nuestra vida sin el en ella.

Lo siento separarse poco a poco, mientras se mantiene cerca. Continúa de cuclillas, y no deja de observarme bajo esas pestañas largas que son las protectoras exclusivas de esos ojos con lo que me encanta fantasear.

―También te extrañé Brittany ―mis ojos se abren por completo al escuchar tal declaración.

―¿Lo hiciste? ―pregunto en un jadeo.

―Por supuesto ―afirma― Esa puta boca grosera es difícil de olvidar.

Mi pecho crece con la misma intensidad con la que sus ojos verdes me observan ¿Seré solo yo? Me molesta el pensar, en que posiblemente todo esto lo esté alucinando, en que sólo sea producto de mi imaginación. Sacudo mi cabeza apartando cualquier tipo de negatividad. No quiero seguir en este absurdo círculo que me perjudica únicamente a mí, y lo sé porque Blake no muestra ninguna actitud que me confirme absolutamente nada. Podría estar seduciéndome con la única intención de tenerme bajo control, lo que me destrozaría de ser cierto.

―¿Sucede algo? ―lo escucho preguntar, mientras los observo confundida.

―No..., creo que no ¿Por qué?

―Inclinaste la cabeza pensativa, como si estuvieras considerando algo.

¡Mierda! ¿Este hombre es adivino o qué?

Niego con la cabeza rápidamente mordiendo mi labio inferior, y concentro mi atención en la apariencia cristalina de la piscina. Esta noche brilla más de lo normal, y me pregunto cómo se sentirá disfrutar de ella, ahora que la primavera está en su primera semana.

―¿Segura? ―insiste ahora tomando asiento junto a mí, cruzando sus piernas.

Asiento nuevamente segura― ¿Por qué desapareciste?

Su ceño se frunce mientras achina sus ojos confuso. No tenerlo estas tres semanas fue verdaderamente extraño, y el que estuviera fuera tanto tiempo sólo prueba que debió ser algo grave o muy importante.

―Motivos personales ―explica cortante.

Después de todo este tiempo que llevo frecuentándolo, me queda claro que suele ser demasiado reservado, aunque eso no disminuye mi curiosidad.

―Eso nos dijeron ¿Pasó algo con tu madre? ―me atrevo a preguntar al recordar nuestro episodio en el club y mis celos.

―No..., mi madre está bien.

―Sé que no me dirás nada sobre tu desaparición ―afirmo sosteniéndole la mirada― ¿Te han dicho que eres muy reservado? Por no decir misterioso.

Su semblante cambia y ahora una pequeña sonrisa se asoma sobre sus labios.

―Si me lo han dicho ―asegura― ¿Y a ti te gusta hablar de tu familia o tu madre?

Esa pregunta envía una oleada de incomodidad sobre cada uno de mis músculos. No lo negaré, ese tema es bastante delicado para mí, por eso no suelo hablarlo con nadie.

Niego removiéndome.

―Ahí está tu respuesta ―agrega― Nunca hablo de mi vida.

Respiro resignada y me concentro de detallar su apariencia que se conserva más sencilla de lo normal. No suele lucir ropa deportiva, normalmente viste conjuntos de ropa casual, que parecen sacados de un revista de negocios. Este tipo de vestimenta siento que consigue quitarle años―al menos, es lo que imagino, porque ni siquiera conozco su edad―mis ojos se enfocan en esos brazos fuertes que deja al descubierto la franela ajustada, y me centro en el pequeño tatuaje que se dibuja sobre su bíceps izquierdo ¿Cómo no lo vi antes? ¿Siempre estuvo allí? Desde aquí me cuesta detallarlo, y el que ahora se apoye en sus brazos y me dé una excelente vista de ese abdomen marcado me lo dificulta todavía más.