Cap 53: Se Acabó

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Dejo todo sobre la jodida maleta y respiro profundo.

Luego de los acontecimientos de esta tarde estuve encerrada en mi habitación, eso hasta que mi padre llegó con cara de pocos amigos. Me riñó durante casi media hora y aunque no fue un paseo en la playa, me sorprendió que se mantuviera tan tranquilo, nada comparado con las veces anteriores en las cuales solo eran gritos y reclamos. Comienzo a sentirme más a gusto con él, aun así, me exigió que mi trato con los empleados de la mansión fuera con total respeto, lo que suena lógico. Me mantuve en silencio durante toda la conversación, para mí no tenía sentido recriminarle nada. Sobre todo cuando nunca supo la razón real de mi pelea con aquella perra. Después de todo me alegra que la desgraciada no haya tenido tiempo de soltar la lengua.

Llevo al menos media hora organizando mis cosas, no olvido que en una hora viajaré con Blake. La idea de compartir asiento con ese sujeto no me agrada, pero no es como si tuviera otra opción.

Salgo de la habitación con los auriculares sobre mis oídos y una vez en la entrada doy rápidamente con el seductor. Maldigo para mis adentros en cuanto se voltea y esos ojos verde Kelly se fijan en mí. Luce bastante apuesto en ese vaquero y esa camisa ajustada oscura ¿Por qué siempre tiene que verse así? Podría decir que el estilo casual le resta atractivo, pero estaría mintiendo descaradamente. Yo por mi parte solo llevo un leggins negro combinado con una sudadera del equipo de beisbol New York Yankees. Debí de haber elegido algo mejor―me digo mientras lo veo acercarse.

Con mis manos alejo los audífonos de mis oídos dejándolos sobre mi hombro, de manera que el hombre no pierde tiempo en preguntar.

―¿Estas lista?

―Si ¿Cuánto tiempo durará el vuelo?

―No tienes que preocuparte por eso, normalmente los vuelos comerciales tardan casi nueve horas, pero nos iremos en un Jet privado ―aclara. De inmediato contengo un jadeo al escuchar las palabras Jet privado, me pregunto si el mismo se trata de otros de los regalos de mi padre―. Es probable que el vuelo solo nos tome unas siete horas.

―¿Y papá?

―En su oficina, no tardará en venir.

Asiento cruzándome de brazos.

Tomo distancia yéndome hacia las escaleras, me siento sobre ellas y vuelvo a poner los auriculares sobres mis oídos. No pasa mucho tiempo antes de observar como poco a poco se aproxima. Ruedo mis ojos en cuanto se sienta junto a mí, no se mueve, simplemente apoya sus brazos en sus piernas y por un momento pasa de verse como el jodido profesor de historia a verse como un adolescente, uno cuyo único propósito es llamar la atención.

―¿Qué quieres? ―gruño quitando nuevamente mis auriculares.

Sonríe de lado―. Nada, esta escalera no tiene tu nombre grabado en ella, soy libre de sentarme aquí.

―¿Me crees estúpida? ―escupo―. Hay muchos sofás cómodos en la sala de estar y precisamente vienes a reposar tu trasero en las escaleras donde casualmente estoy yo. Es demasiado obvio.

Sus labios se estiran en una evidente sonrisa.

―Me atrapaste ―admite dejando sus manos en rendición. Recuesta su espalda de los escalones de arriba dejando apoyado sus codos en la madera.

Resoplo―. Mejor cuéntame algo interesante ¿Qué hablaste con Elizabeth?

Sus ojos se abren. Recuerdo perfectamente que antes de todo el drama salió de mi habitación para hablar con mi nana, y quiero saber la razón por la cual Elizabeth nos ayudó de aquella manera al llevarse a rastras a Nancy.

Storms (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora