Cap 1: Nuevo normal

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Me encuentro jugando al escondite con mamá, me gusta jugar con ella, es muy divertido pasar tiempo a su lado. No como papá, él siempre está molesto, no sonríe nunca, solo pocas veces, muy pocas.

Antes de escucharla terminar de contar, corro a paso veloz hacia su habitación. Mis pies pequeños aún se esfuerzan por mantenerse firmes, pero logro llegar al armario sin caerme. El armario de mamá es muy grande casi como una habitación. En ella, hay múltiples vestidos, muchos que hacen ver a mamá muy bien, también cuenta con un espejo al final del pasillo, el cual desde allá logra reflejarme. Mis pequeños ojos pasean con inocencia por todo el lugar, y me sorprendo al ver la cantidad de cajones que contiene la cómoda junto a mí. Casi nunca entro aquí, mamá y yo siempre jugamos en el jardín, nunca adentro de casa.

Me concentro en encontrar el escondite perfecto, y la esquina de la puerta parece ser la elección correcta, ya que, mamá al abrirla no podrá verme. Sonrió con entusiasmo ante la posibilidad de ganar el juego esta vez, porque ella siempre gana, y hoy puedo ganar yo...Si, puedo ganar yo.

Luego de unos minutos escucho el azote de una puerta, y tras ésta, escucho con claridad los gritos de papá y los sollozos de mamá... ¿Por qué discuten? Siempre discuten...No me gusta cuando discuten. Cubro mis oídos haciéndome un ovillo en el piso frío, mientras intento disipar el miedo que se instala en mi pecho. El latido de mi corazón comienza a acelerarse y mis ojos han empezado a cristalizarse. No me gusta sentir la extrañas punzadas en mi pecho cada que tengo miedo, así que, inconscientemente susurro para mí misma la canción que mamá suele cantar para serenarme.

No estoy segura de cuánto tiempo ha pasado, pronto me doy cuenta del silencio que emana en la habitación. Los gritos han cesado y no logro percibir por ningún lado los sollozos de mamá. Alejo las manos de mis oídos y me levanto para ir en busca de ella. Me gustaría saber si seguiremos jugando o si al menos puede cantarme, desde que salí del armario mi pecho no ha dejado de subir y bajar con rapidez; y los jadeos que se escapan de mis labios son cada vez más repetitivos. Mi miedo acrece más, al escuchar un golpe fuerte tras la puerta que da al baño, haciendo que mi estómago se contraiga del dolor.

¿Por qué me siento tan mareada? Mis náuseas aumentan más y más, conforme doy pasos hacia el lugar de donde escuché el ruido. El pinchazo de dolor en mi estómago se intensifica, y el ardor en mi pecho se hincha a profundidad. Quiero que mi mami me cante y me calme...Sus canciones siempre me tranquilizan.

Poniendo mis pies de puntillas y con algo de dificultad, logro alcanzar la manilla de la puerta antes de girarla―mamá dice que cuando crezca ya no será tan complicado alcanzar cosas― Al adentrarme en el baño, observo el agua caer a grandes cantidades al suelo. Mis zapatillas se comienzan a mojar enviándome en retroceso, pero la figura que descansa en la bañera llama toda mi atención. Camino hasta ella con pasos pequeños y cautelosos; y mi sorpresa se vuelve profundo cuando mis ojos reconocen el cuerpo que yace frente a mí. Por alguna razón mis ojos se llenan de lágrimas, que no tardan en caer de mis mejillas hasta mi cuello. Permanezco tiesa observando a mamá un tanto pálida y con los ojos cerrados, mientras su cabeza se apoya en la orilla de la tina ―¿Por qué se ve tan quieta?―escucho los latidos veloces de mi pequeño corazón y la sensación que recorre mi cuerpo no es agradable. Me acerco a ella intentando despertarla, pero no se inmuta .De pronto no quiero que duerma, quiero que se levante y que podamos jugar.

Mis manos se estremecen al entrar en contacto con su piel fría ―¿Por qué está tan fría? Continúo agitándola, pero sigue sin moverse. Escucho a lo lejos el ruido agudo de un grito de lo que parece ser dolor o sorpresa, sin embargo, no me tomo la molestia de voltear sólo me dedico a observar el cuerpo de mamá que sigue profundamente inerte. Quiero que se levante, quiero que deje de dormir. El constante ardor de mi pecho me incita a seguirla moviendo, no me agrada verla así.

Storms (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora