Storms (+18)

Cap 71: Viviendo el momento

Permanezco inmóvil. Choqueada. Me siento entre la espada y la pared ¿Cómo podríamos intentarlo cuando siento que hay tantos secretos entre nosotros? Leia amplió un poco mi mente, pero algo me dice que falta más. Ya una vez el anónimo lo insinuó y hasta ahora no se ha equivocado ¡Joder! Si Blake me lastima nuevamente no lo podré soportar. No podría tolerar otro engaño.

―Pides demasiado ―sería tan fácil decirle que sí y hacer el amor, pero ¿y mañana? ¿Seguirá existiendo esa voluntad de querer escapar juntos? ¿Tendrá el coraje de contarme toda la verdad?―. No quiero seguir sufriendo, es doloroso y me da tanta rabia sentir que siguen ocultándome lo que tengo derecho de saber.

Inmediatamente pienso en nuestro pequeño gusanito.

»Hay una per...Depende tanto de ti ―hablo sin coordinar bien mis palabras mientras su ceño se frunce―, y me aterra que puedas herirlo. Yo, quiero ser feliz a tu lado pero...

―Estas pidiendo la promesa de una vida sin dolor, sin sufrimiento, sin tristeza... ― asiento con las lágrimas humedeciendo mis mejillas―. Eso no es real, no puedo prometerte que no vas a sufrir. Aún tienes mucho que vivir, pero si puedo prometerte que jamás, jamás seré yo quien ocasione ese dolor.

―Eso ya lo he escuchado antes.

―Lo sé, pero esta vez será diferente...― sus ojos emanan desesperación―. Lo prometo. Confía, confía Britt y juro no defraudarte.

La luz de la luna centellea y baña nuestros cuerpos desnudos. Llega una pequeña esperanza y me aferro a ella como coala. Lo necesito, mi bebe y yo lo necesitamos, lo necesitamos tanto que no quiero negarme a la oportunidad de ser feliz. Podríamos irnos y hacer juntos lo que pensaba hacer antes de toda esta revelación, empezar de nuevo como una familia normal.

―Mi amor ―suspiro. Sus ojos se abren y no le doy tiempo de responder. Me abalanzo contra sus labios que me reciben gustosos.

Sus manos abrazan mi cintura con posesión. Nos volvemos besos, caricias, lujuria, pasión, desborde de chispas y explosivos. Enredo mis manos en su cabello. Lo escucho gruñir. Ese solo movimiento le encanta, de la misma manera en la que disfruto de su lengua en mi barbilla y mi cuello. Mordisquea llevando sus labios hasta el lóbulo de mi oreja elevando mi sensibilidad. Presiona mi cintura, mis caderas. Hunde sus dedos en mi piel, baja sus manos a mi trasero. La magrea, lo sujeta adueñándose de este mientras nuestras lenguas se aman. Me arqueo gimo en sus labios producto de la excitación.

Se inclina junto conmigo hasta dejarme recostada del piso alfombrado. No pierde tiempo y se coloca entre mis piernas, enredo con esta sus caderas ansiosa por acabar con la tensión de mi cuerpo. Desesperada por tenerlo dentro de mí. Necesito liberación, necesito llegar al éxtasis de lo prohibido.

Sus manos pasean por todo mi cuerpo. Mis hombros mis brazos, mis costillas, incluso mi abdomen ligeramente abultado. Para mi suerte no parece percatarse y honestamente estoy tan anonadada que ni siquiera me preocupo por eso. Abrazo su espalda sintiendo la dureza de sus músculos. Muerde y chupa toda la piel de mi cuello. Baja hasta el inicio de mis pechos. Los consiente con ayuda de sus agiles manos. Presiona mis pezones con sus dedos, para después con la ñema de estos acariciar las orillas de mi aureola. Vibro, me remuevo queriendo más. El rápidamente lo nota y leyendo mi mente se lanza contra ellos. Chupa mi pecho derecho, pasea su lengua sin darme tregua, ni oportunidad de controlarme. Lo hace de una manera tan exquisita, tan placentera.

Mi espala de arquea cuando lo recibe mi pecho izquierdo. Repite la secuencia con su lengua y las orillas de sus dientes. Lo siento allí, justo en mi sexo. Siento la punzada aguda que provoca miles de sensaciones sensuales. Llevo mis manos a la alfombra rasguñándola exasperada por conseguir el alivio de mis entrañas.