Storms (+18)

Cap 39: Angustia

Sigo desconcertada por lo que acaba de suceder. Me es imposible concentrarme en otra cosa que no sean sus besos y caricias.

―Ah..., no entiendo ―balbuceo.

―Intenta recordar ¿No has recibido nada?

De pronto entro en conciencia y comprendo que se refiere al paquete que recibí tiempo antes de que Chris llegara ¿Qué sabe Blake acerca de esos paquetes? ¿Elizabeth le habrá dicho algo?

―Brittany, es sumamente importante que me digas la verdad ―me advierte.

Por más loco que suene ahora que entré en razón la calentura ha bajado considerablemente y ahora son los nervios los que perturban sobre mi cuerpo. Me levanto del sofá y saco la caja de madera del desconocido extendiéndosela a Blake. El hombre abre sus ojos asombrado y asustado dejándome perpleja. Del tiempo que llevo conociendo a Blake jamás lo había visto en este estado y es bastante angustiante que incluso alguien como él, pierda la estabilidad con esto.

Sus manos toman con fuerza el peluche, y al ojear la nota se tambalea sobre sus pies y camina con prisa hacia su oficina.

―¿Qué sucede? ―pregunto siguiendo sus movimientos mientras me ignora. El hombre deja la caja sobre su escritorio y sin darle importancia a mí presencia toma el teléfono local llevándolo a su oreja.

―Woods ¿Qué pasó con la información que te pedí? ―gruñe―. No, no tienes más tiempo, necesito saber eso ahora ¿Entiendes?... ¡Maldita sea! ¡¡Localiza a ese infeliz!! ―cuelga sin más, antes de arrojar la caja al suelo sobresaltándome.

Apoya sus puños en el escritorio y respira con pesadez ¿Qué es lo que le sucede? ¿Primero Elizabeth, y ahora él?

―¿Podrías decirme que ocurre? ¿Que decía esa nota? ―pregunto con cautela.

―¿Te han mandado otras cosas? ―se vuelve de prisa acercándose y tomándome de los brazos.

―Sí....

―¿¡Y por qué no me dijiste nada!? ―me suelta bruscamente observándome con molestia.

―Lo lamento...yo ―mis ojos de humedecen y temo que muy pronto las lágrimas empezaran a descender.

Muerdo mi labio inferior inquieta y me abrazo a mí misma buscando un poco de seguridad. Por esta razón es que no quería contarle nada, sabía que se desataría un caos, eso sin mencionar que mi padre aun no lo sabe.

Se acerca asustándome, y cuando creo que volverá a reñirme me descoloca abrazándome. Acaricia mi cintura con ternura y hunde su cabeza sobre mi cuello besándolo mientras respiro tranquila respondiendo a su gesto gratificante.

―Perdóname, no quería asustarte ―se aparta arropando mis mejillas.

―Por favor dime que decía esa nota ―pido más relajada y sin lágrimas en mis ojos.

―Eso no importa.

―Sí importa ―garantizo― ¿Por qué te afectó tanto?

Su sola mirada de inquietud me demuestra lo nervioso que se encuentra. No puede simplemente ignorar lo que acaba de pasar y tomarme como tonta.

―¿Qué otras cosas han llegado? ―interroga ignorando mi pregunta.

―Primero dime que...

―Britt por favor ¿Qué más te han enviado? ―su mirada se oscurece preocupado.

―Una manta..., y una fotografía ―susurro recordando la desaparición de ambas cosas.

―¡Joder! Lo sabía ―exclama― ¿Solo fue eso?