Cap 42: Romance

5.2K 500 293
                                        

Ojeo el folleto que hace un instante el seductor me acercó. Con nuestras manos entrelazadas avanzamos hasta los establos donde a lo lejos observo los diferentes caballos que pasean en compañía de sus instructores. Guardo en mi bolsillo del jodido papel y vuelvo a maldecir mentalmente por no tener el valor de llevarle la contraria a Blake. Continúo pensando que esto en serio es una mala idea, no me gustan los animales y eso parece no querer importarle al hombre junto a mí.

―Deja de preocuparte ―menciona apretando mi mano.

―Es fácil para ti decirlo ―reclamo―. Es obvio que eres experto en esto, yo en cambio, no me llevo bien con los animales.

―¿Te sucedió algo en particular con alguno? ―pregunta mientras me remuevo incomoda.

No me ha sucedido nada concretamente, pero sé a ciencia cierta que no les suelo gustar. Tal vez aquel pensamiento se deba al hecho de que en el vecindario de Miami, siempre era correteada por los cachorros de los vecinos, ni que decir de las jodidas palomas que siempre que estoy cerca, parecen querer atacarme en cualquier momento.

―No, solo no me gustan ―menciono obviando el tema.

Achina sus ojos curiosos, pero no dice nada. Avanzamos hasta las caballerizas donde nos recibe un joven de cabello castaño y rostro pecoso que no deja de sonreír.

―Señor Campbell, que gusto tenerlo nuevamente por acá ―le extiende su mano―. Y también a su acompañante.

―Sí, ella no es experta en la equitación, pero montará conmigo.

―¿Ira solo esta vez?

―Sí, iremos solos y en cuanto terminemos nos gustaría que prepararan un desayuno en el hotel, y más tarde un almuerzo ―explica dejándome confusa ¿Estaremos aquí todo el día?―. También nos gustaría dar un paseo por el lago al finalizar la tarde.

―Por supuesto señor, tiene a su disposición a los mejores caballos deportistas, incluyendo a su favorito.

Indica guiándonos hacia el establo.

Nos acercamos hacia las enormes puestas de maderas que son abiertas por el chico que nos recibió. Inmediatamente observo la paja y la tierra que nos rodea, espero por los malos olores de los animales que no llegan y me asombra la pulcritud con la que se conservan los diferentes cubículos. Las tonalidades marrones y cafés que bañan las diferentes columnas que separan cada área le agrega un aspecto rustico que no llega a sorprenderme, de hecho, estoy más que consternada por los callados y tranquilos que se encuentran los animales ante nuestra llegada.

Me apego a Blake rasguñando su brazo con ansiedad y nervosismo. Todo aquí es oscuro y a pesar de estar con las puertillas cerradas no dejo de sentirme insegura.

―Aquí está ―anuncia el chico llamando mi atención.

De inmediato mi vista se postra sobre el semental blanco de gran porte, y cuello largo y arqueado poblado por largas crines que relincha al percatarse de nuestro acercamiento, me tenso y halo la muñeca de Blake retrocediendo.

―Tranquila, me conoce por eso reacciona así.

―Pues yo no estoy tan segura ―afirmo observándolo por el rabillo del ojo. Lo escucho sonreír, y rápidamente le hace una seña al chico para que abra la puertilla del animal.

El mismo avanza hasta nosotros provocando que mis piernas retrocedan y jadee conteniendo la respiración.

―¡Wow, wow! Tranquilo chico ―el seductor suelta mi mano para acercarse al caballo acariciando su largo cuello―. Ya veo que me extrañaste, yo también te extrañé.

Storms (+18)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora