Capítulo 15: Master de Vil

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**Narra Nelisa**

-¡Diablos!- susurro- ¿Cómo se supone que saldré de esta, si no cumple con su parte?

Me había costado mucho trabajo engañar a Lennah para que accediera a este estúpido plan. Y si, engañar. Porque lo único que hago aquí es buscar problemas sin mirar las consecuencias. No solo estoy engañando a mi única hermana, sino a mí misma y todo esto va en contra de lo que antes creía. Proteger a mi familia. Aunque... ¡Al diablo todo! Es la única salida, tengo muy claro lo que paso aunque mi mente quiera distorsionarlo. Ellos no están muertos. Ella no es buena. Y no fue un accidente... ¿O sí? ¿Qué paso?

-¡A un lado!- grita un enfermero y alguien me jala hacia la pared inesperadamente. Pasa una camilla a una velocidad peligrosa con una mujer "cantante".

Pobre ser, canturreando su dolor. Aunque no es molesto, lastima sus palabras. Las de ellos.

-Todo baila, todo se mueve. Las estrellas comienzan a brillar. Aunque mi vida escapa, mi corazón no para de desembocar. Querido, toma mi mano y escapémonos de aquí. Donde las aves cantan, a tu lado, junto a mí. No creí que fuera tan hermoso, rendirse de tal manera...

Sigo con mi camino, dejando el concierto a mis espaldas; no puedo soportarlo. No porque sus palabras sean retoricas y llenas de dolor, sino porque se está muriendo y yo por mi parte la entiendo perfectamente. Yo... yo...

-¡Lisa, Lisa! Ayuda. Algo paso ¡Lisa, Nelisa...! ¡LISA!

Gimo. Mi hermana Gretel llamándome, diciendo mi nombre por última vez. Necesito algo, magia, azúcar. Sí. Una máquina expendedora aparece justo en frente de mí con grandeza. Saco de mi bolsillo unas monedas y sin poner demasiada atención a los precios las meto en la cerradura. Los caramelos y pastelitos encantados están en perfectas filas, cuando una pequeña hada sale de la base esperando mi pedido. De acuerdo con veinte monedillas puedo comprar... Un paquete de "Macarroncillos", Lennah y yo solíamos compartirlos cuando íbamos por madera para el molino de... Paro, basta de recuerdos. Papá. Seguro estaría molesto de mi decisión y Lennah, ahora solo nos tenemos una de la otra. Por lo tanto si el trato no funciona yo... ¡DIABLOS! Debí pensar mejor en gastar mi dinero, aunque YOHOS. Ya lo puse en la maldita máquina. Presiono el botón y el hada se dispara hacia mi pedido. Lo coloca en lengüeta y vuelve a su puesto. Lo tomo con manos nerviosas y lo guardo en mi bolsillo. No tengo hambre. Aunque uno... No. Solo logro abrir la envoltura ligeramente.

Sigo vagando por el área que indicaba la carta, esperando a la persona "líneas negras y blancas con cabello perfectamente peinado", si, asi decía. No puedo creer que acepte tal oferta, debo de querer mucho a mi familia. Pero ahora tengo que seguir y enterrar esos recuerdos para sofocarlos y no... No...

***

-¡VETE! ¡Déjanos! Todo está bien.

-¡MAMÁ! Quédate ahí, iré por ayuda- grito con pánico en un rincón, lejos de la salida con la casa derrumbándose.

-¡Nelisa tienes que...!- algo pasa ahí arriba y su voz se detiene repentinamente.

-¡MAMÁ...!

***

Puf. ¡Auch! Choco con alguien. Gracias a Él, si no seguiría recordando a... Basta. Diablos que me pasa.

-Para...- susurro regañándome, y no en mi cabeza. Esto sale en palabras reales.

-¡Que te sucede! Ten más cuidado, idiota.

-¿Qué?- pregunto furiosa y totalmente conectada- Tú chocaste conmigo, imbécil.

-¿Con quién crees que hablas?

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