Capítulo 23: Ideas Naranja Atardecer

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-¿Qué tal chicos?- dice Stear, haciendo mi bochorno menos doloroso. Da un paso al frente y saluda fraternalmente a Kevin, apartando la mirada de mí. ¡Gracias a Zeus!

-Todo bien, Alistear. Solo vengo a recoger a...

-Sí, sí. Celin, hola- corta Stear vivazmente, sonrojando a la chica-. Lennah y tú se llevan, ¿no?

-Estamos en taller juntas, claro.

-Sí, creí haberlo mencionado antes- sigo el juego que al parecer no lleva a ningún lado. Puedo sentir a Kevin en mi cuello, observándome curioso.

-¡Asi es, rojo! Conozco a tu prima y aunque eso no me hace ganar nada. Yo...

-Bien. Creo que es hora de irnos, Celin- dice cortando mis muy maduros pensamientos. Abre la puerta de un carruaje y entra, no sin antes despedirse flojamente de nosotros con un ademan de mano.

Los nobles de cabellera roja desaparecen dentro del elegante transporte y se pierden de vista.

-Y. ¿Qué tuvo de malo decir adiós a un viejo camarada?- pregunta triunfante.

-Nunca me sentí más avergonzada y torpe en mi vida escolar- aclaro lentamente, pero ambos sonreímos al final.

-Él ha cambiado un tanto, pero tú sigues siendo la niña de antes, Lennah.

-Me tengo que ir, pero te veo mañana. Tonto.

Esto último lo acompaña un golpe en su brazo. Y antes de cruzar la esquina para tratar de encontrar a Ed la bola de fanáticas de Kevin se dispersa y unos chicos se acercan a ese molesto chico de anteojos.

Mientras busco al rubio no puedo evitar pensar en lo ocurrido. Miles de mejores movimientos se me ocurrieron para evitar ese momento de vergüenza y también... Kevin y Stear, chicos con un millón de cambios y mejoras. El primero ha crecido hasta haber matado totalmente al niño perdido en busca de un reino de hielo, su nariz en más puntiaguda y él tiene el porte de todo un príncipe, merecedor de tantas fanáticas. Por otro lado, Alistear, que se encarga de mantener su vida a flote y una familia unida se ha convertido en un chico fuerte y -¿Qué tal chicos?- dice Stear, haciendo mi bochorno menos doloroso. Da un paso al frente y saluda fraternalmente a Kevin, apartando la mirada de mí. ¡Gracias a Zeus!

-Todo bien, Alistear. Solo vengo a recoger a...

-Sí, sí. Celin, hola- corta Stear vivazmente, sonrojando a la chica-. Lennah y tú se llevan, ¿no?

-Estamos en taller juntas, claro.

-Sí, creí haberlo mencionado antes- sigo el juego que al parecer no lleva a ningún lado. Puedo sentir a Kevin en mi cuello, observándome curioso.

-¡Asi es, rojo! Conozco a tu prima y aunque eso no me hace ganar nada. Yo...

-Bien. Creo que es hora de irnos, Celin- dice cortando mis muy maduros pensamientos. Abre la puerta de un carruaje y entra, no sin antes despedirse flojamente de nosotros con un ademan de mano.

Los nobles de cabellera roja desaparecen dentro del elegante transporte y se pierden de vista.

-Y. ¿Que tuvo de malo decir adiós a un viejo camarada?- pregunta triunfante.

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