Capítulo 41: El inventor y la princesa raptada

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/ A través de los ojos de Psique /

Metales brillantes. Bebidas oscuras. Vestidos suaves. Soñar con el corazón tratando de escapar de mi pecho.

Desde que me vi al espejo la sensación de felicidad no ha desaparecido. No cualquiera compartía una velada junto a monarcas tan importantes. Sin embargo, me repito un millón de veces la razón por la cual estamos aquí. Información, y una localización. Buscar pistas, incluso preparar una boda antes de un dulce final.

Podría llamarme positiva, pero nunca he entendido los temas del corazón. Davon. El casi prometido no oficial de Lennah. ¿Por qué era tan importante? Digo, debe tener miles de razones para querer encontrarlo, pero yo podría pensar otro millón para desistir. El amor es extraño, de eso no cabía duda. Y a diferencia de la imagen imposible que esa sociedad había creado, yo no aceptaba el suelo de un amor perfecto. Pero si creía en las locuras que nos lleva a hacer.

 Pero si creía en las locuras que nos lleva a hacer

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Intento actuar tan natural como los otros, pero el porte con el que caminaban era difícil de copiar. Poco a poco la gente comenzó a acercarse para entablar conversación, por simpatía supongo yo. Lennah y Edwin se encargaron de no levantar sospechas. Mientras tanto, al sentirme como un obstáculo decidí salir a tomar aire.

Las puertas de los balcones no tenían candado, pero se encontraban cerradas para evitar que la helada corriente incomodara a los invitados. Los arbustos y las estatuas se levantaban esplendidos para llamar la atención. El sol desapareció cuando unas nubes grises llegaron a la fiesta.

Ahí, sola y segura empecé a preocuparme por aquel asunto pendiente. Mis recuerdos tenían destellos de luz que me dificultaban pensar con claridad. Y por tan cobarde que sonara, sabía cómo aclararlos. Pero tenía miedo. Aquellos que me había quitado la memoria eran como yo, eran mis hermanos. Curiosamente Lennah entra en escena, pero no tengo claro con qué papel. Si ella es parte del rompecabezas, solo tengo que esperar y protegerla. Ojala resulte todo como espero. Como debe ser.

Una fría gotita de llovizna cae en mi nariz y antes de empaparme vuelvo a entrar. Nadie parece notar mi ausencia. En cuanto a mis compañeros, no hay rastro de ese par.

Tal vez fueron a un lugar a solas. Aquel dúo dinámico era emparejado por todo el mundo, según veía. No obstante, ellos parecían ignorarlo. O simplemente no lo sentían correcto.

Vague por unos minutos hasta que de pronto vi como una mujer se tambaleaba y caía en mi dirección. Ágilmente me moví a un lado. Aunque al final se sostuvo de mi brazo. Lanzaba una disculpa tras otra con una voz alegre.

—¡Oh, querida! Quita esa cara, parece que no te estás divirtiendo —exclamó con un aliento olor a... Vino.

—No me malinterprete. Gracias por su preocupación, madame —dije alejándola de manera sutil.

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