Capítulo 16: Te quiero, amigo...

1.5K 100 24
                                    

**Narra Lennah**

Bien, la aceptación es el primer paso, ¿no? Todo acabara pronto, lo se. Espero. Por ahora ahora solo necesito paz, nada de canciones, enfermedades, ni fuego.

En mi pequeña analización de la situación, Ed se ha parado con mucho esfuerzo y ahora se encuentra a mi lado. Sabe como actuar en estas situaciones, digo es Ed. Vamos la "e" de su nombre significa claramente empalagoso pero de linda manera.

-Lennah, vamos míreme a los ojos...- ruega tranquilamente. Levanta mi barbilla aunque me reuso. Si, el clímax de la situación se apago pero sigo afectada. Digo, quien no lo estaría, además acabo de pisar lo que me quedaba de dignidad.- Leh...

¡Pum! Un ardor recorre mi mejilla y lo que descubro es a el rubio mirándome como invalida. ¿Qué le sucede? En estos momentos se supone que me debe abrazar o algo así. Digo, seria cliché pero aveces seguir la corriente y lo aburrido es lo correcto. ¿O no?

-¿Qué te sucede?- gritamos al unísono-. ¿¡Yo?! Sus ojos grises reflejan una matriz de emociones, nerviosismo, miedo e ira. Lo último me asusta y retrocedo. "E" de empalagoso...

-¡Oye! Vamos, donde quedo el respeto por las damas- reacciono a la defensiva.

-Era lo correcto.

-¿Correcto? Golpear a una chica... ¡¿Era lo correcto!?

-Sí, Lennah. Era lo mejor, ya que si sigues así te lanzaras tu sola a El Pozo.

-Idiota...- susurro con algunas espinas en el pecho, nunca me ha gustado mucho ser sincera y que lo sean conmigo. Me pongo derecha por parte de mi orgullo y dos lágrimas resbalan por mi cara, seguramente demacrada.- No te vuelvas a acercar, amigo...

Empiezo con mi dramática salida cuando lo oigo disculparse. No, no será así de fácil. Antes de mover la cortina y enfrentarme al hospital oigo un gruñido a mis espaldas y cuando volteo, Ed esta en el piso rodeando su pierna. Pánico.

-¡Edwin! ¿Estas bien?- cuestiono, dejando mi orgullo a un lado y acercándome a mi amigo rápidamente, ya que no hay mucha distancia entre nosotros.

-Creí que no querías acercarte a un idiota- dice sonriendo. Caí en la broma inmediatamente lo que me molesta más.

-Tramposo- lo empujo con enojo, más no ira.

-Fue un día caótico para todos.

-¿Apenas lo notas?- digo molesta.

-Solo quiero que veas que no eres la única sufriendo- contesta serio lo suficiente para callarme la boca.

-Supongo que...- hago una pausa pensado en la razón por la que me siento así, es obvio pero al mismo tiempo tan compleja- Que olvide por completo todo, me consumí en miedo, y al parecer mi cordura se quedo bajo las ruinas.

-Estar loco está bien, sabes.

-Solo quiero despertar.

-¿Crees que esto es un sueño?

-Debe ser, ¿no? Algo como... una pesadilla dentro de un sueño.

-Entonces no podrás escapar.

-Tratare, nadie puede estar con los ojos cerrados toda la vida- entonces recuerdo precipitadamente lo de hace unos minutos- Aunque sigues siento un tonto.

-Oye, en verdad lo siento. Siempre amigos, ¿vale?- su pregunta es tan inocente que se me cae el corazón, amigos he tenido de muchos, buenos y malos más cuando fue el primer día de clases, el niño rubio sentado al frente era raro, era Edwin. "E" de especial podría ser una opción.

Fue algo algo así como culpa o solo un reflejo pero para no romper el momento, lo protejo en un abrazo. Lleno de amistad y el no tarda en corresponder. Es cálido y rara vez me he dejado sentir segura en los brazos de alguien mas. Nunca me di cuenta o quise aceptar que me agradaba ir a casa, tomar la cena en esa vieja mesa de madera, que me agradaba molestar a Hanzel y ser molestada por Nelisa. Ahora lo he entendido y odio eso, siento remordimiento por las cosas que no hice en su momento, y en en verdad, eso lo detesto No ser eficiente y no saciar esa necesidad humana de felicidad. Aunque ahora, media huérfana y escapando de una casa hogar lo que quiero disfrutar es este momento agradable, con un amigo.

-¿Estas mejor?- rompe el silencio Ed.

-Tardare de recuperarme. ¿Y tú?

-Tardare esperándote.

-¿Por cuanto estas dispuesto a aguantarme?- esta vez tarda unos segundos en responder buscado las palabras correctas.

-Veamos...Solo si no tardas mucho, te esperare toda la vida- dice estrujándome más.

-Eso sonó lindo Ed- comento suavemente con toda sinceridad.

-Lo se, lo leí de un libro- dice sin romper el abrazo- Te quiero, Leh. Aunque no toda la vida podrás simular estar hecha de hierro cuando por dentro eres puro cristal.

-Te quiero, Ed. Y algún día terminare rota, tal vez será pronto...

-No permitiré eso, caerás en la locura, confusión y eternamente dormida pero nunca lejos de nosotros.

Allá, ¿qué hay más lejos del horizonte? ¿Que este desastre y dolor? ¿Habrá alguien que podrá ayudarnos? ¿Ayudarme?



Cuentos Muertos para Niños Felices ✨Próximamente✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora