Capítulo 38: Visiones Grisáceas

716 40 6
                                    

Había preparado todo un día antes, mapas, agua, comida, armas, un poco de dinero, chucherías que servirían si una situación complicada se presentara. Estaba preparada, y todo saldría bien si la mala suerte no hacía de las suyas. Cabalgamos un par de días para llegar a Clairmont, una zona industrializada exclusiva para burgueses y comerciantes.

Llena de luces y casas de ladrillo, repleta de miradas desconfiadas. Habíamos conseguido hospedaje rápidamente. Por el contrario, los habitantes parecían recelosos.

—¿De dónde dicen que vienen?

—De la cuidad de Ennis, venimos a visitar a mi tía lejana —Psique mentía con una gran facilidad. Sonreía y curioseaba en cada esquina, como toda una viajera.

Al dejar las mochilas y los caballos en su respectivo lugar bajamos para investigar el paradero de Davon. Con un tono casual intentamos sacar lugares y nombres, pero las personas se comportaban poco conversadoras. Paseábamos por las calles estrechas de la cuidad. Cansados y hambrientos. Cuando de pronto, unos sujetos chocaron con nosotros y siguieron su camino, sin cuidado.

—¡Ey! —yo estaba a punto de gritarles alguna vana amenaza, sin embargo Psique tomó mi hombro y con una expresión vacía me mandó a callar.

—Vamos —sin otra palabra de por medio la seguimos confundidos hacia el centro del pueblo. Parece una locura confiar completamente en un desconocido de la noche a la mañana, pero a comparación con dejar abandonado a alguien tan frágil como ella en este mundo tan cruel con un sentido del deber estúpidamente tan grande como el mío... Bueno, estoy dispuesta a arriesgarme.

Poco a poco nos fue más difícil avanzar entre la gente que se acumulaba cerca de la plaza principal

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Poco a poco nos fue más difícil avanzar entre la gente que se acumulaba cerca de la plaza principal. No obstante, Psique hacía de las suyas para escabullirse y llegar al frente. Arriba de una plataforma observamos una ejecución en proceso. Trabajadores del rey preparando a un par de hombres para la horca.

 Trabajadores del rey preparando a un par de hombres para la horca

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—Psique, ¿qué pasa?

—¿Ves al castaño de la izquierda?

—¿Tu izquierda o su izquierda?

—Dejemos de bromear por un segundo, Lennah. Por favor —su voz no tiene algún tono molesto o que denote seriedad, en su lugar parece como si estuviera leyendo una receta de cocina—. Se llama Colin Poitiers, ha sido un mercenario desde hace tiempo. Se le acusa de robo y homicidio.

Cuentos Muertos para Niños Felices ✨Próximamente✨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora