Capítulo 35: Besos de Cristal

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// Narra Edwin //

Todo pasó tal rápido. Apenas podía recobrar el aliento.

—¡Edwin, Edwin! ¿Estás mejor?

—¿Qué ha pasado?

—No hay tiempo, corre. Tenemos que salir de aquí, van a encontrarme.

Y sin otra explicación toma mi mano y nos guía entre la oscuridad y los sonidos inquietantes de la madera. Bajamos las escaleras de un salto, y mi mente pierde el hilo de la situación. Salimos de la villa, y de un parpadeo nos encontramos en alguna estación de tren. Lennah aún no me suelta. Con ojos inquietos ve pasar a el tren, temblando. Parece buscar un rostro entre las ventanillas. Observa en nuestro alrededor, sin embargo no tenemos compañía.

—De acuerdo, tendremos que saltar —concluye ligeramente ausente

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—De acuerdo, tendremos que saltar —concluye ligeramente ausente.

—¿¡Qué!? —exploto divertido y asustado. Atemorizado mejor dicho—. Oye, esto... Esto es un sueño. ¿No?

—Ahora no, Ed. Luego hablemos sobre tus problemas de insomnio.

¿Cómo sabe eso? Oímos la llegada del próximo tren, damos un paso atrás y... Lennah desaparece entre la fuerte ráfaga de viento. Mi mano siente repentinamente su ausencia. Definitivamente esto no es real, ¿acaso un sueño normal era mucho desear?

Toda una multitud aparece de la nada. La bola de gentío me sofoca, entro en pánico.

—¡Lennah! ¡Lennah!

Los empujones aumentan. Nadie me presta atención. El pánico me invade a tal grado que mis piernas y mi visión fallan.

Escucho la estética del silencio; y mi corazón vuelve a su ritmo normal poco a poco. Siento que mis ojos podrían salirse en cualquier parpadeo. Sin embargo, obligo a mi mente continuar. Y al levantar la vista el escenario ha cambiado de nuevo.

 Y al levantar la vista el escenario ha cambiado de nuevo

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—Había una vez...

Doy un respingo al escuchar una suave voz. Me resulta extrañamente familiar tomando en cuenta que estoy lejos de la realidad. De cualquier escondite seguro o persona confiable.

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