Capítulo 14: Miedo como enfermedad

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-Doctor Smith, doctor Smith tiene una llamada. Favor de pasar a recepción central. Gracias.

Otro aviso del altavoz y perderé la cordura. Hace 2 horas que llegamos al hospital de la CAGP, y Lina no ha regresado. El plan me lo conto camino a La Ciudad, básicamente confiaremos en alguien que no conozco, que nos dará quien sabe qué y eso nos ayudara a llegar a quien sabe dónde. ¿Buen plan, no? Lina era reservada pero no fría, ahora es totalmente diferente; solo pasa eso cuando oculta algo.

Subimos al tren rojo, destinado al hospital de CAGP, con la tonta excusa de que el brazo de Nelisa estaba hinchado. Lo fácil fue entrar, ahora lo difícil es encontrar a "el". La persona cuyo nombre no sé pero en el que Lisa confía. Dice que nos ayudara a encontrar a papá, tratar de hallar a los demás e ir a otro reino más seguro.

En cuanto a Ed está en revisión, Stear con su abuela visitando a un vecino y Kevin el príncipe, está en la mansión del gobernador. Ya saben, el alcalde tiene prioridades. Todos los gobernadores son elegidos por el rey Felipe II. ¿Conocido? Es hijo de la gran su alteza, la diosa de la belleza, la reina soñadora, la reina Aurora Rosa. En fin...

-Disculpe, ¿buscaba al señor Neverglow? Señorita... Collins- dice una enfermera viendo unos papeles.

-Así es- contesto, Lisa insistió en no dar nuestros verdaderos nombres. Como si fuéramos ladrones o algo así.

-Sígame por favor. El paciente Nerverglow la recibirá pronto.

Me levanto de mi asiento y dejo la revista que estaba hojeando a un lado. Hablaba de la nueva obra del DJ Darlin Guetto, los vestidos más feos de la Alfombra Dorada, la nueva pareja de la diseñadora real Regina Fortuna con su nuevo diseño y como mantener tú figura con la dieta de Kimer Klaus. Nada sobre el incidente, aunque bueno, la revista es de espectáculos ni que esperar.

Por los pasillos blancos esquivamos doctores, camillas y familiares. Las heridas varían, aunque las quemaduras predominan. Pero un paciente me llama la atención, unas campanitas suenan y las personas se arrinconan, una camilla pasa rápidamente. En ella yace una mujer de 30 años, retorciéndose e irradia un aura feliz. Un poco más cerca le veo los ojos desorbitados. Aunque su apariencia asusta, la voz que sale de su boca es bellísima.




Y veo una luz clara y brillante

 Aunque el calor escapa

 Creo que me gusta esta exótica locura

Despampanante locura

 Basta, déjame para ya no volver

No puedo más, me estoy desvaneciendo

Pierdo color, pierdo vida aunque nunca me sentí tan bien

 Tomare su mano, y déjame hundirme en la oscuridad

Déjame ir más allá de nuestra historia

Ven y ve el mundo al que diste vida

 ¿Lo escuchas?

¿Lo sientes?

 Por favor dime vivimos igual

Los sonidos ruidosos, palpitantes y salvajes que solo tú puedes parar

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