***Cinco años despues***

Hay ciertos puntos en nuestros acelerados días donde lo mejor es olvidar. Recuerdos que te distraen del presente. En mi caso, al recordar la bienvenida a esta comunidad y el entrenamiento que recibí, mi corazón se hunde con tan solo esas imágenes atrapadas en mi cabeza. Todo inicio con una inocente caminata sobre el perímetro. Yo había sido la única que salió esa noche con Glo. ¿Por qué? Simple, después de varios días me dijeron que era la más débil y fácil de manipular. No tuve tiempo de menospreciar mi existencia, por que inmediatamente empezó mi nueva rutina. Un reajuste que yo elegí. Al final del camino nos preguntaron si queríamos unirnos a su tropa de acción, una orden clandestina en contra de los burgueses que eran parte del parlamento del rey. Podíamos aceptar o morir. Y aunque muchos recibieron un flechazo en el pecho esa noche por elección propia, cierta voz en mi cabeza acepto seguir caminando. Un susurro que me acunó hasta quedarme dormida. Desconocía varios asuntos políticos en ese entonces, sin embargo reconocía su importancia para mi futuro. Guerras alejadas de aquí, epidemias por alla, sonrisas a mi alrededor.Nuestros comandantes nos decían que para recibir hay que sacrificar. Nosotros entregamos todo para ser los asesinos, los ladrones, los adultos, las ratas que somos hoy. Los héroes, los justicieros, los humanos, aquellas chispas que dan esperanza. Nadie actúa de manera forzosa. Durante cinco años nos adiestraron para tener este instinto. El de ganar por cuenta propia.
Y me siento feliz con eso. Siendo honesta, me gusta ganar. Hace tiempo perdí mi familia en un incendio y años atrás un amigo me dejo morir en un accidente a la mitad de alguna avenida. O, eso es lo poco que recuerdo. Durante las noches me dedicaba a soñar despierta con una casa de madera, un cuervo, un chico rubio y una cena fría. Concluí que eso era una distracción.
-Así podríamos ser nosotros. Me encantaría cambiar al mundo- comento Fenrir, un soldado de rasgos orientales, con su maravillada mirada sobre los superiores que pasaban frente a nosotros.
-Vamos con el Teniente Blut- ordeno de manera agresiva para dirigirnos hacia la escondida tienda de mi superior. En formación se quedaron a fuera. La cuadrilla Titán, un grupo de revoltosos soñadores bajo mi cuidado. Cuando apenas iniciaba mi preparación de cadete las cosas fueron horribles. Poco a poco, se puso... Peor, ya que al darme cuenta ya era un adulto a cargo de esta brigada. Con 22 años y liderando mi propia manada.
Apenas pisé dentro el fuerte olor a café y la humedad rozaron mi rostro. Una figura uniformada estaba revisando planos y mapas sobre la mesa en medio de la habitación, aquel viejo mueble de mármol que ocupa casi todo el espacio. Sin decir nada, me acerco cuidadosamente. Él aun concentrado no parece notar mi presencia a sus espaldas. Estiro el cuello un poco y alcanzo a ver brújulas, papel y tinta, un globo terráqueo, tachuelas, el mapa de alguna tierra conquistada; castillos, villas, caminos escondidos, lugares conocidos esparcidos por todas partes.
-Llegas tarde, linda - sonríe Davon Blut, el superior a cargo dándome un susto de muerte. Lento como de costumbre da la vuelta e intenta abrazarme por los hombros, pero doy un audaz paso hacia atrás tropieza. Sin ningún esfuerzo le he tomado la medida de sus reacciones. Para ser apenas unos meses más grande que yo, tiene los reflejos de una tortuga.
- ¡Que caballero!
- ¿Puedes decirme el porqué de tu visita a esta hora?
-Puedo explicártelo, pero no puedo entenderlo por ti -divertida con la situación, me acerco a arreglarle el cuello de la camisa. Davon, acostumbrado a mi atrevimiento, relaja los hombros- Vine a pedirle un favor, teniente.
-Dígame, comandante.
-Quiero una misión cerca de las fronteras de Navarra- trato de no delatar la urgencia de este viaje. Con un movimiento casual señalo algún punto del globo terráqueo... ¿Y dónde está Navarra?

- ¡¿Qué?!- exclama sorprendido y se separa de mí. ¿Acaso no fui clara?
-Quiero a la infantería 666 en una batalla real. O al menos, que conozcan el ambiente.
-Prácticamente acaban de terminar su entrenamiento...
-Pero los veo entusiasmados. No hay que malgastar esa chispa.
- ¿Qué me darás a cambio?- luego de un instante meditándolo su voz suena pícara y suave, como una caricia. Siento el rostro arder, pero ya es muy tarde cuando bajo la cabeza. Davon enternecido roza mi mejilla y no necesito mirar sus ojos para saber que está sonriendo.
- ¿Qué quieres?- cruzo los brazos y levanto las cejas. Hace mucho tiempo que no teníamos una charla así, no desde que un dragón le prendió fuego al campamento. Intimidad y privacidad en uno de los lugares más caóticos del reino.
-Un beso- ronronea acercándose lentamente, levantando mi barbilla.

-Que gracioso, Davon- digo con socarronería. Sin embargo, me muero de ganas de hacerlo. Besarlo. Hace tiempo él me robo mi primer beso, y no fue uno delicado, ni dulce. Yo ni siquiera estaba dispuesta a acercarme a él. Cada vez queda menos espacio entre nuestros rostros, pero no tengo tiempo de niñerías por ahora. Así que le doy un casto beso (si se puede llamar así) en la nariz y le doy la espalda. -. Te veré más tarde en el cubil, te necesito para elegir a los caballos para el viaje.
Iría a Navarra quiera o no. Al fin y al cabo, este no era un sistema militar. Teníamos los nombres e insignias, pero nuestro sistema era flexible. Si tenías un arma y hacías tu trabajo bien podías subir de puesto. Después de varios saqueos de villas hasta castillos me convertí en un oficial.
Tomé posición frente a toda la cuadrilla y aclaré las instrucciones para mañana en la mañana. Partiríamos a la cede en Navarra y aprenderían uno que otro truco. Rompieron formación y sin más se perdieron en la multitud.
Cuando llegué al área de cabañas de oficiales generales no había ningún movimiento. Acostumbrada al bullicio entre a mi cubículo en silencio. De reojo miro mi reflejo sobre la sucia superficie del espejo. Tengo mi cabello castaño más opaco que de costumbre. Las largas noches de guardia habían dejado ojeras bajo mis ojos.
De pequeña había soñado con ser una mujer ordinaria, viviendo en los suburbios con una vida simple. Criando a mis hijos y teniendo una vida de lo más cotidiana. Soñaba con mi primer beso, terminar la escuela, elegir mi primer caballo, vivir sola, ser independiente, ser feliz.
El espejo me responde con una mirada sarcástica, y una sonrisa orgullosa. Al llegar a Domum, una fortaleza perdida en el bosque contra los aristócratas corruptos de nuestro reino, perdí mucho peso; y el miedo y la nostalgia de mi vida anterior fueron sustituidos por la creciente sed de explorar, poco a poco pude tomar una ballesta sin temblar y trepar arboles sin caer. Terminé la preparación para ser una experta en los robos de lugares cerrados.
-Y aquí estoy.
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Ho-ho-hola, pequeños. Lo curioso de este capítulo es que lo tenía desde hace semanas. Y tarde años. En fin, como verán en esta nueva actualización Wattpad permite poner más multimedia. Eso me hace super feliz, ahora podré poner cosillas más cool. Disfruten la historia, ojala fui clara con esto del tiempo y la nueva Lennah. Los quiero, bye.
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Cuentos Muertos para Niños Felices ✨Próximamente✨
Aventura¿Qué ha pasado en el mundo de las reinas, los dioses, las brujas y los dragones? Cuando la historia termina, cuando el libro se cierra y ya no hay más que contar... ¿Qué pasa ¿Termina? Lennah creció en un mundo lleno de ilusiones. Sabía lo que e...