Capítulo 31: Persiguiendo al Tiempo

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6:47 a.m.    

Despierto tranquila. Sin ninguna pesadilla atormentándome la cabeza. Doy un largo bostezo... Se siente tan bien tener una larga noche de sueño, los recuerdos curdos e irreversibles de hace tiempo me sirven como despertador todas las mañanas. 

Con los finos rayos de luz filtrados por la pequeña ventana del cubiculo puedo ver el viejo reloj en la pared

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Con los finos rayos de luz filtrados por la pequeña ventana del cubiculo puedo ver el viejo reloj en la pared. Hace unas horas levantaron el toque de queda. Bravo. Aún atolondrada, busco el par de mis botas favoritas. Mis únicas botas, de hecho. Y al terminar de darme una manita de gato, salgo a la fresca mañana.

Llego a los establos sin toparme con nadie. Apenas se pueden apreciar las viejas construcciones desde la distancia, perdidas entre las copas de los arboles. Pasando desapercibidas para todo viajero descuidado, bueno, si alguien tuviera el valor de adentrarse por esta zona boscosa. Este lugar me da una agradable sensación de protección, y la compañía es genial: silenciosos caballos y uno que otro burro.  

—Vete por la mañana, recoge todo y no des ninguna orden más

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—Vete por la mañana, recoge todo y no des ninguna orden más.

—¿Que sucede? ¿Por qué tan apresurado? —siento la presencia de Davon a mis espaldas. Acaricio las orejas de un caballo criollo y divago algunos momentos. No hay gran importancia en darle atención a las preocupaciones de Davon, suele ser algo preocupado (cambio).

—Habrá varios problemas, y te necesito fuera.

— ¡Vaya!— arrastro las palabras al darme la vuelta y recargarme sobre la cerca—. De acuerdo, me perdere toda la acción. Es una pena. Y, ¿qué hay de tí?

—Sin importar cuanto me duela debo quedarme aquí— me dirige una sonrisa sarcastica. Da unos pasos seguros hacia adelante y acerca su rostro peligrosamente... Sin embargo, tan solo abre la reja a mis espaldas y entra junto al caballo.

—Idiota. 

—Infantil —se adentra al cubiculo y empieza a cepillar al caballo con el viejo equipamento que poseemos.

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