—La llevaré a nuestro hangar y regresaremos a medio día. Encárgate del grupo, y procura no asustarlos demasiado.
—De acuerdo— las cortantes palabras de Glo causan un repentino cambio de personalidad de Gía. Logra abstenerse y arruga la nariz con la cabeza abaja. Es el comportamiento de un perro y un amo, íntimo y cerrado. Sin decir nada más ella se pierde en la oscuridad y se escucha un leve rechinido de alguna puerta.
—Cámbiate rápido, esperaré afuera— mira la rebosante mochila en mi regazo y se aleja.
Al abrir la puerta una fuerte ráfaga de viento helado entra y congela mis pies descalzos. ¿Qué hora es? Si salimos con un clima así moriré de un resfriado y después de todo lo que he pasado no voy a terminar de manera tan humillante.
Rápidamente meto el uniforme quemado y salgo portando un nuevo atuendo. Sé que no es el momento pero... ¡Esta chaqueta! Me casaría con esto. En serio. Hecho un vistazo rápido de arriba hacia abajo agraciada; la chaqueta de piel con estrechas mangas, un par de botas de tachuela vieja, un cinturón con unos vaqueros oscuros y un par de guantes demasiado grandes para mis manos. Feliz y completamente llena de pensamientos incoherentes pateo la mochilita debajo de un mueble ancho. Dudo mucho que se limpie este lugar con frecuencia.
Cuando tomo la oxidada cerradura, la puerta cede con sorprendente facilidad. La neblina después de la media noche está presente como de costumbre. Ni siquiera transcurre un minuto cuando mi nariz se encuentra congelada. Un escalofrió me recorre la espalda en cuanto doy un par de pasos. Una fina nube de vaho sale de nuestras bocas al hablar.
—Te seré directo. Y si las palabras de Gía te parecieron demasiado crudas debes acostumbrarte. Sabemos quién eres. Todo— habla con un tono de voz trivial, como si no fuera un tema amenazante. A pasos largos y seguros se aleja de la puerta con una asombrosa familiaridad ante el tosco relieve. Dejamos detrás las puertas escondidas, y a una distancia considerable no se pueden percibir bien. Acostumbrado a este panorama pisa en el lugar correcto. Mientras yo... Creo que he aplastado un ratón—. Tú cuidad, tú familia, rutina y amigos. No te creas importante, niña. Solo estabas en deplorables condiciones y nosotros...
—Me rescataron, ¿o no?— para en seco y se voltea para mirarme. Arquea una ceja, esperando a que siga— Si quieres las gracias puedo decirte que eres mi héroe. Pero seamos claros, no me gustan los rodeos tanto como a ti. Si van torturarme al menos...No consigo terminar, porqué Glo rompe en una pequeña risa mesurada. Y sus ojos brillan divertido. ¡Ey!
—Vamos, niña— hace tanto tiempo que no veo a nadie sonreír— Te daré un consejo, solo... Olvida todo lo que acaba de pasar. No hay nada a lo que aferrarse, todos nosotros no tenemos a donde ir. Estarás bien. Nadie quiere hacerte daño.
Y la conversación murió ahí. Fue una promesa vaga y falsa. Mi intuición me ordena a gritos seguir alerta y no dejarme llevar por las palabras de los adultos nunca más. Aunque, ambos coincidimos en algo; lo quiera o no toda mi existencia se ha esfumado. Saben todo sobre lo que una vez fui, y se quedará así. En tristes recuerdos de una nueva y distorsionada versión de mí. Durante todo el trayecto por senderos rústicos pienso en los cambios que habrá de ahora en adelante. ¡Por Él, no quiero caer ahora!
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Cuentos Muertos para Niños Felices ✨Próximamente✨
Adventure¿Qué ha pasado en el mundo de las reinas, los dioses, las brujas y los dragones? Cuando la historia termina, cuando el libro se cierra y ya no hay más que contar... ¿Qué pasa ¿Termina? Lennah creció en un mundo lleno de ilusiones. Sabía lo que e...