Alerta: Lágrimas.
Son curiosas las vueltas que da el destino, como va sacando a personas de nuestra vida y luego va poniendo a otras, pareciera que la vida se rige por las leyes del azar.
¿Qué extraño no? Un día común te despiertas, pensando que todo será como siempre, que tu rutina será la misma que haces todos los días, que ingenuos somos, no tenemos ni idea de las travesuras que nos depara la vida, ignoramos por completo que un día común y corriente puede transformase en algo muy diferente.
Su alarma sonó, como todos días, se froto los ojos cansados y observo como Tomas y Guido se levantaban perezosamente.
– Levante rubia. Lo animó Guido.
– No quiero. Se quejo somnoliento. – Muero de sueño.
– Dale, Pablo, no seas flojo. Le recrimino Tomas lanzándole una almohada.
Dio un resoplido frustrado, y se levantó de su cama para comenzar a vestirse, camino casi a rastras para buscar ropa, ni si quiera podía abrir los ojos, el sueño lo estaba consumiendo por completo.
– Eso te pasa, por pasártela con Consuelo. Rio Guido.
Él le dedico una sonrisa canchera, su amigo tenía razón, eso era precisamente lo que había hecho, había pasado la noche con Consuelo, como había estado haciendo el último mes, no lo podía negar, se entendían muy bien en la cama, no podía quejarte, la chica era experimentada lo hacía realmente bien.
Poso su vista en Tomas, que lo miraba con el ceño fruncido, él solo rodo los ojos y lo ignoró, no tenía ganas de escuchar otro sermón de parte su amigo.
Que más que su amigo parecía su mama, Tomás no perdía oportunidad de sermonearlo con el tema de Consuelo, seguía empecinado en la idea de que estaba cometiendo un error.
Los tres bajaron rápidamente, la primera hora era con Carmen y no tenían ninguna intención de llegar tarde, iba a pasar por la puerta cuando su cuerpo choco con el de Manuel, el mexicano le dio una mirada llena de ira y se dio la vuelta para no tenerlo cerca.
El estómago se le apretó, odiaba que Manuel se comportara con el de esa forma, a decir verdad, le dolía su comportamiento, entendía que le fuera fiel a su "Amiguita", pero había sido ella la que lo había garcado de la peor forma, soltó un resoplido y entro al aula, le dio una mirada a Mia, ella era un poco más amable con él, pero la relación ya no era la misma, también se había alejado de él, con suerte le dirigía el saludo y le dedicaba una que otra sonrisa, la extrañaba, extrañaba a Mia y Manuel, extrañaba su vida antes de que Marizza apareciera.
Aunque frente a todos intentaba parecer fuerte y demostraba que todo estaba bien, algo dentro suyo se había agrietado, lo que más extrañaba era la felicidad que sentía al estar con Marizza, extrañaba las conversaciones, las escapadas por las noches, los sobrenombres, las peleas, las reconciliaciones.
Extrañaba ser feliz.
La extrañaba a ella.
"Basta Pablo" Se dijo así mismo, no podía seguir pensando en Marizza.
Se dirigió hasta su puesto y se sentó junto a Tomas. – ¿Sigue enfadado? Pregunto su amigo con un evidente tono de preocupación.
Él solo se encogió de hombros y asintió con la cabeza. – Bueno ya se le va a pasar. Volvió a hablar Tomas en un intento de reconfortarlo.
– Si vos lo decis. Respondió cansinamente, estaba seguro de que, a Manuel, nunca se le acabaría la bronca.
La profesora de literatura entro a la sala, logrando que todo el salón quedara en silencio, comenzó a dar la lección, como lo hacía habitualmente, pero se detuvo, para informales que tendrían que hacer un trabajo en parejas, comenzó a dar los nombres de las personas con las cuales trabajarían, un nudo se le formo en el estómago cuando escucho decir a Carmen que su compañero era Manuel.
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❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo
Novela JuvenilYo estaba en un bucle lleno de sombras. Yo estaba muy feliz con mi vida perfecta. Hasta que llegó él a iluminarlo todo. Hasta que apareció ella a cambiarlo todo. Prohibida la copia parcial o completa de este contenido