– ¿Y así? Te gusta. Pregunto Pablo mientras tocaba unas cuantas notas en la guitarra, Marizza se concentro en la melodía y frunció un poco el ceño. – No te gusta. Exhalo Pablo un tanto cansado, llevaba más de media hora intentando que la música quedara tal y como Marizza quería, pero al parecer nada era suficiente para ella.
– Y si probas una octava más abajo. Propuso Marizza inocentemente, estaba segura de que Pablo quería darle con la guitarra en la cabeza.
Pablo dejo escapar un gruñido y se dispuso a tocar nuevamente, siendo escuchado atentamente por Marizza. – Ahí, ahí está bien. Exclamó Marizza. – Esta perfecta.
– Porfín, pensé que me ibas a tener aquí toda la tarde. Celebro Pablo, ganándose una mirada fulminante de parte de Marizza. – No me mires así. Rio Pablo, al ver la cara de Marizza. – Tenes que admitir que sos una mandona, no es fácil trabajar con vos.
Marizza rodo los ojos. – No soy una mandona, solo soy perfeccionista, lo que, si tengo que admitir es que tenes talento, la música quedo genial.
– Para que veas que no solo soy guapo, también soy talentoso.
– Y egocéntrico. Agrego Marizza con una sonrisa burlona, logrando que Pablo frunciera el ceño. – Suena bien, pero creo que aun faltan un poco más de práctica, para que sus voces se acoplen un poco mejor.
– ¿Mas ensayos? Se lamento Pablo. – No crees que es mucho.
– No, no lo creo, tu voz y la de Mia suenan bien, pero creo que compiten mucho entre ellas, para que la canción suene bien deben complementarse no competir. Le informo.
Pablo frunció el ceño, Marizza hablaba de manera muy académica, se veía de lejos que sabía a la perfección de lo que estaba hablando. – Bueno, pero hoy no puedo tengo planes. Se excuso, recordando que hace algunas semanas había quedado de verse con una chica de quinto, aunque justo en ese momento la idea no le encantaba como antes.
Marizza iba a responder, pero la voz de un chico la hizo detenerse.
– Hola, Marizza. La saludo un chico poniéndose en frente de ella. Le dio una mirada y se dio cuenta que era un chico de su curso, de cabello negro, bastante lindo.
– Hola... Contesto Marizza, mientras intentaba recordar el nombre del muchacho, pero por más que hacía fuerza no podía.
– ¿Qué queres Diego? No ves que estamos ocupados. Alzo la voz Pablo. – No vine a hablar con vos Bustamante, vine a hablar con Marizza. Le respondió de mala gana el tal Diego.
"Ahh Diego, ese era su nombre"
– Decime. Hablo Marizza, con la intención de que aquel chico comenzara a hablar.
– Bueno, lo que pasa es que tengo entradas para ir al cine hoy en la noche y quería saber si vos querrías ir conmigo.
– ¿Yo? Pregunto Marizza un tanto desconcertada, lo último que hubiera imaginado era que un chico la iba a invitar a salir y aunque el tal Diego, era bastante lindo y atractivo, no tenía ninguna intención en tener citas con nadie, su corazón no estaba preparado para eso aún.
– Si, vos. Respondió con una sonrisa Diego. – La función es hoy a la noche, te prometo que la vamos a pasar increíble.
Ella, comenzó a jugar con los anillos que tenía en sus manos impaciente, mientras intentaba buscar una buena excusa para declinar la invitación, iba a hablar, pero la voz de Pablo se le adelanto.
– Uy, justo hoy no puede Dieguito. Intervino Pablo. – Tenemos ensayo a la noche. Marizza lo miro incrédula.
– Pero si dijiste que tenías cosas que hacer. Lo increpó Marizza, sin entender nada.
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❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo
Teen FictionYo estaba en un bucle lleno de sombras. Yo estaba muy feliz con mi vida perfecta. Hasta que llegó él a iluminarlo todo. Hasta que apareció ella a cambiarlo todo. Prohibida la copia parcial o completa de este contenido