Capitulo 82 "Secreto"

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He vuelto gente bonita, a leer, que ya le queda poco a la novela. 


Pasado

Mia.

—Mi amor, por fin llegas. —Manuel se lanzó sobre mí, regalándome un dulce abrazo.

Suspirando se lo correspondí y cerré mis ojos al sentir su colonia inundar mis fosas nasales.

Solo habían pasado dos días desde que no lo veía, aun así, lo había extrañado mucho.

Se separó de mí y me dio un beso. Le sonreí a medias, y entré a la casa de Marizza, dejé las bolsas de mis compras a un lado, y mis ojos recorrieron la enorme casa de Martín, cada vez que estaba en este lugar me resultaba más imponente, era casi una mansión, digno hogar de una persona tan respetada y poderosa como Martín Andrade.

—Ven amor vamos a ver a Marizza, ha estado preguntado por vos todo el día.

Asentí sin muchas ganas y caminé junto a él, ambos llegamos al patio y nos encontramos con Marizza que estaba haciendo una especie de picnic cerca de la pileta, traía puesto un short y una remera larguísima que le quedaba como un vestido, supongo que era de Manuel o de Simón.

Se me apretó el estómago de solo pensar en él, aún estaba anonada por todo lo que había visto, estuve todo el camino pensando en cómo le diría a mi mejor amiga que su novio era un puto infiel, que tenía un hijo y una novia, pero por más que intenté buscar formas para poder decírselo, no encontré ninguna.

Es que no había una forma fácil para decir algo así.

Marizza iba a salir lastimada y eso me apenaba mucho.

—Orejotas. —Marizza reparó en mí y dejó lo que estaba haciendo a un lado para correr hasta donde estaba para saludarme—. Estás más alta que antes —se rio al separarse.

—No está más alta, tú te estás achicando. —Manuel le desordenó el cabello.

Marizza le levantó el dedo del medio.

Digno comportamiento entre esos dos.

—¿Mar donde pongo esto? —Lola, la hermana menor de Marizza, apareció con unas cuantas cosas en sus manos, supongo que era comida.

Mi amiga refunfuñó y arrastró los pies hasta donde estaba Lola.

Le moví la mano en un intento de saludarla y ella solo me sonrió levemente. Lola y yo jamás nos habíamos llevado muy bien, no sé porque, pero a la hermana de mi mejor amiga no le agradaba mucho, según Manuel y Marizza, Lola se sentía celosa de mi relación con Marizza.

Algo muy tonto si me preguntan, Marizza adoraba a su hermanita.

—¿Te pasa algo? —me preguntó Manuel, puso sus manos en mis hombros y los masajeó un poco.

Tomé una inhalación profunda y negué con la cabeza, tal vez fue un error no contarle a Manuel, pero sé que esto era algo que debía hablar directamente con Marizza y eso iba a hacer.

Ya me había decidido.

«Vamos Mia vos podés», me animé.

Le di un beso en la mejilla a mi novio y me decidí a dar caminar hasta Marizza, pero antes de que pudiera dar un paso, el teléfono de mi amiga sonó y ella salió disparada a contestarlo.

—¿Qué? ¿Por qué no vendrás? —se quejó por el teléfono. Luego hubo una pausa —. Pero dijiste que vendrías—, una nueva pausa —. Bien, bien, entiendo, no pasa nada, si yo también te amo.

❤Señales❤ (Rebelde Way) HaciendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora