❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo

"La verdad" Capitulo 12

– ¿Qué hacías charlando con Marizza? Pregunto Tomás. Pablo le dio una mirada de reproche, y luego lo ignoro, para observar cómo Marizza se alejaba velozmente por el pasillo, parecía casi como si como si estuviera huyendo de él.

– Hey, Pablo. Exclamo Tomás. – Te pregunte al algo che.

– ¿Qué pasa? Pregunto un tanto cabreado, había perdido una gran oportunidad de hablar con Marizza, sobre lo que había pasado, todo estaba saliendo tan bien, habían estado charlando tan a gusto, bromeando y riéndose, hace mucho que no se sentía de esa forma con alguna chica, pero como nada puede ser tan perfecto su amigo había llegado a interrumpir todo y de paso había espantado a Marizza que se había ido casi corriendo.

– Como que pasa Pablo. Respondió Tomas. – Te estoy preguntando que hacías con la loca.

– Ah, eso. Nosotros solo estábamos charlando por lo del castigo. Le contesto a su amigo que lo miraba con un signo de interrogación en el rostro.

– Tomi, estas acá. La voz de Fernanda los hizo apartarse de la conversación que estaban teniendo.

Pablo rodo los ojos al ver a su hermana aferrada a su mejor amigo. Movió su cabeza de un lado a otro negando, no entendía como Fernanda podía ser tan hipócrita, ahí estaba llenándole la cara de besos a Tomás y la noche anterior estaba a los besos con Joaquín.

"Al parecer Fernanda era más rápida que él y Tomas juntos"

Soltó un sonoro suspiro y se dispuso a salir de ahí lo más rápido posible, la imagen de Tomas y Fernanda juntos le descomponía el estómago, no le preocupaba Tomás, sabía que a su amigo no le importaba lo que tenía con Fernanda, la que sí le preocupaba era Mia, solo esperaba que el plan de Marizza diera resultado.

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– No sé cómo me deje convencer de acompañarte a trabajar Pablo. Se quejó Mia mientras caminaba en dirección al bar, en compañía de su amigo. – Es retarde.

– Bueno, aceptaste porque soy el amigo más guapo que tenes. Le respondió Pablo esbozando su típica sonrisa canchera, mientras intentaba ocultar lo nervioso que se sentía, sabía que lo que iba a pasar ahora no iba a hacer nada fácil.

– Pero que agrandado que sos Bustamante. Le respondió Mia mientras le daba un pequeño empujoncito.

– Bueno, no podés negar lo obvio, dudo que exista un chico más guapo que yo. Contesto muy seguro. Mia solo se limitó a rodar los ojos, de verdad su amigo se creía un Dios griego, si había algo que le causaba gracia era lo engreído que solía ser Pablo.

Ambos siguieron caminando entre bromas, hasta que llegaron al bar, donde vieron a Marizza que acomodaba unas cosas en las estanterías con los audífonos puestos mientras tarareaba una canción.

Pablo no pudo evitar esbozar una sonrisa al verla tan distraída y relajada, era tan extraño eso en ella, siempre se le veía seria y sombría, como si algo en su interior no la dejara ser completamente feliz. Carraspeo un poco, logrando que Marizza se diera la vuelta un tanto asustada, sus mejillas enseguida se tiñeron de rojo, él volvió a sonreír, era la segunda vez que veía esa reacción en ella y no podía negar que había una parte dentro de él, a la que le encantaba verla tan cohibida.

– Hola Mar. Saludo Mia con un tanto de inseguridad en su voz. – Pablo me dijo que les viniera a dar una mano con el trabajo. Espero que no te moleste. Le dijo algo temerosa.

– No, no me molesta, Pablo ya me había dicho algo. Respondió Marizza, mientras jugaba nerviosa con los anillos de sus dedos.

– Bueno entonces comencemos. Propuso Mia, con una sonrisa amigable, mientras tomaba una bandeja con algunos vasos. Le ponía muy feliz el repentino cambio de actitud que tenía Marizza con ella, le agradaba mucho poder compartir el mismo espacio sin sentirse incomoda, aunque la idea de ayudar a Pablo no le había agradado del todo, había aceptado solo por el hecho de poder pasar tiempo cerca de Marizza, aunque fuera solo ordenando.