No estaba muy segura, pero seguramente estar en ropa interior en frente de una multitud de personas sería menos incómodo que tener a Pablo en su habitación.
– ¿Qué haces acá? Titubeo, intentó mantenerse serena, pero tener a Pablo en frente mirándola no era nada fácil.
Pablo se quedó unos segundos observándola sin decir nada, ni si quiera él sabía que estaba haciendo en el cuarto de Marizza, solo sabía que necesitaba verla, cerciorarse que era cierto que se iba a quedar en el colegio, todavía no creía que la tenía en frente de sus ojos actuando como si nada pasara.
– Bueno, me vas a decir algo o te vas a quedar ahí parado mirándome como un estúpido.
Nada, solo silencio inundaba la habitación, Pablo seguía estático de pie observándola, cosa que ya la estaba asustando un poco.
– Bien, si no me vas a decir nada, voy a salir de aquí, esto se está poniendo tétrico. Marizza, intento caminar hasta la puerta, pero Pablo la detuvo, tomando por los hombros.
– Quédate ahí. Le ordeno Pablo, a lo que ella solo asintió con la cabeza, ni si quiera entendía como siempre terminaba cediendo ante lo que decía Pablo.
– ¿Qué queres Pablo? Pregunto un poco más tranquila.
– Vine a felicitarte, te quedaste en la banda, no sé cómo lo haces para salirte siempre con la tuya.
Marizza dio un resoplido. – Era obvio que me iba a quedar Pablito, aunque te duela sabes que no hay alguien mejor que yo en el colegio. Le regalo una sonrisa fingida mostrando todos sus dotes de actriz.
– No te hagas la cancherita conmigo, que no te sale, no sé porque estás haciendo todo esto. Le recrimino. – No sé porque solo no te alejas como sabes hacerlo.
Marizza rodo los ojos. – No te sientas tan importante, Pablo, la música es importante para mí y lo sabes, además si puedo compartirlo con Mia y Manuel mejor, que vos estés ahí me chupa un huevo. Fingió desinterés.
– No te quiero en la banda Marizza, no te quiero en el colegio, no te quiero cerca mio. Le advirtió Pablo sus ojos estaban completamente inundados en odio.
Marizza se dio la vuelta y respiro profundamente, si había algo que le dolía era ver el odio que Pablo le tenía, aun así, no iba a bancarse que la tratara mal y menos en su cuarto.
– No me queres cerca de tuyo, pero sos vos el que está en mi cuarto, sos vos el que me siguió hasta los baños el otro día y sos vos el que estaba espiándome cuando te encontró Carmen, no creas que me olvide de eso. Le soltó de pronto.
El dio un pequeño paso hacia atrás y bajo la mirada, el episodio de Carmen todavía lo avergonzaba.
"¿Por qué Marizza tenía que haberlo recordado?"
Había quedado como un completo idiota por culpa de la estúpida profesora.
– Te vas a quedar callado nuevamente, no te entiendo Pablo y sabes lo peor que creo que ni vos te entiendes. ¿Por qué simplemente no dejar las cosas así? Haz tu vida tranquilo y para con esta guerra absurda.
– Porque no puedo Marizza. Lanzo un grito Pablo, camino unos cuantos metros hasta llegar donde estaba Marizza y le tomo el rostro con las manos. – No puedo, hacer mi vida con vos cerca mio. ¿Porque mierda volviste? Le pregunto alzando la voz nuevamente.
Marizza bajo la mirada, la proximidad de los ojos azules de Pablo, la estaba haciendo flaquear en su papel de chica fuerte, Pablo sostenía su rostro fuertemente, pero sin hacerle daño, podía sentir su respiración agitada en la cara, se veía tan enojado y a la vez tan triste.
ESTÁS LEYENDO
❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo
Novela JuvenilYo estaba en un bucle lleno de sombras. Yo estaba muy feliz con mi vida perfecta. Hasta que llegó él a iluminarlo todo. Hasta que apareció ella a cambiarlo todo. Prohibida la copia parcial o completa de este contenido