Porque los momentos no pueden ser infinitos, porque los besos no pueden ser más largos, porque el amor tiene ese poder en las personas que esperamos que las cosas pasen lentamente cuando estamos con ese alguien que nos hace latir el corazón, las interrogantes se hacían paso en la cabeza de Pablo a medida que el beso avanzaba, Marizza fue alejándose lentamente de sus labios, para dar paso a una hermosa sonrisa nerviosa que lo dejo completamente sin habla.
– Perdóname. Se disculpo Marizza en cuanto se alejó de sus labios.
Pablo se acomodó mejor en la cama y movió su mirada hacia a un costado, los pensamientos y los sentimientos se estaban agolpando dentro de él, definitivamente no era solo atracción lo que sentía por Marizza, tampoco era solo el hecho que le gustaba de sobre manera, la palabra amor le resonaba en la cabeza insistentemente. Lo que comenzó a atemorizarlo, nunca había sentido eso por nadie, y no estaba seguro de cómo afrontar lo que le estaba pasando con Marizza.
Movió su cabeza para verla y pudo notar como ella que lo miraba confundida, tal vez porque aún no salía ninguna palabra de su boca. La observó unos segundos más y no pudo evitar sonreír al verla, se propuso apagar aquellos pensamientos, aunque solo fuera por ese día solo quería disfrutar de la cercanía de Marizza, y no pensar en nada más.
– ¿Pablo estas bien? Pregunto Marizza al ver que Pablo estaba mudo a su lado, se habría molestado tal vez por el beso, o quizá solo había recordado la pequeña pelea del día anterior, la actitud de Pablo se le hacía bastante extraña, casi siempre dejaba ver sus sentimientos con las expresiones de rostro y ahora estaba completamente inexpresivo, era imposible adivinar lo que estaba pasando por su cabeza.
– Si, estoy bien, no me pasa nada. Respondió Pablo, mientras se ponía de pie para ir buscar unas bolsas que había en la cama de Mia. – ¿Tenes hambre? Le pregunto alzando las bolsas en sus manos. Marizza solo le contesto una sonrisa y afirmo con la cabeza.
– No sé ni para que pregunto si siempre tenes hambre. Rio Pablo. Tomo las facturas y un pequeño termo con dos vasos para dirigirse a la cama de Marizza y sentarse junto a ella. – Entonces vamos a desayunar. Le informo, mientras servía la chocolatada en los vasos.
Marizza solo se dedico a observarlo, Pablo era realmente tierno cuando se lo proponía. – ¿De donde salió todo esto? Pregunto mientras recibía el vaso.
– Yo los traje. Respondió Pablo encogiéndose de hombros. – Era obvio que ibas a tener hambre cuando despertaras y yo no iba a pasar el día completo sin desayunar. Le soltó divertido.
-– ¿Y pensas quedarte todo el día acá conmigo?
– Y más vale, ya te dije quiero cuidarte Marizza, hoy voy a hacer tu doctor personal.
Marizza solo pudo reír ante aquel comentario, y luego se quedó pensando unos segundos en sus palabras ¿Cómo sabía Mia que Pablo podía ayudarla? Habían varias cosas que aún no sabía sobre Pablo y esta era la oportunidad de conocerlo un poco mejor.
– ¿Pablo como supiste lo que tenía que hacer con esas cosas? Pregunto señalando los frascos.
– Pues porque mi mama es doctora. Respondió despreocupadamente. – Bueno era ya no labura más de eso, con todo lo de mi papa con la intendencia mi mama tuvo que dejar su trabajo para enfocarse en mi papa, y bueno digamos que aprendí un par de cosas de ella.
Marizza asintió comprensiva, la historia de los padres de Pablo no era muy diferente a la historia de los suyos. Solo que su madre jamás accedió a dejar su trabajo, lo que al final había derivado en la separación de su matrimonio, en el mundo de política esas cosas se veían mucho, las mujeres solían ser casi adornos de los hombres y su mama jamás estuvo de acuerdo con eso.
ESTÁS LEYENDO
❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo
Fiksi RemajaYo estaba en un bucle lleno de sombras. Yo estaba muy feliz con mi vida perfecta. Hasta que llegó él a iluminarlo todo. Hasta que apareció ella a cambiarlo todo. Prohibida la copia parcial o completa de este contenido