❤Señales❤ (Rebelde Way) Haciendo

"Proteccion" Capitulo 91

Holis. El capitulo no está correctamente editado, una disculpa por los posibles errores.

Perdón la tardanza, soy una adulta trabajadora y el tiempo no me ha acompañando.

Quedan solo 2 capítulos (impresionante)

Marizza.

Esto no estaba bien.

Nada que tengas que hacer a escondidas está bien, y menos si te estas escondiendo de tu novio.

Pablo apenas había salido del colegio con los chicos para ir al campo de deporte cuando yo salí de mi escondite y corrí escalera arriba para ir al cuarto de los varones.

Esto me hacia sentir la peor novia del mundo, pero es que ya no sabía que hacer, el asunto se había escapado de mis manos.

Solo había una persona a la que podía recurrir y no quería, pero más opciones no tenía, era mi última carta tenia que jugármela.

Seguía indecisa cuando llegué al pasillo de cuarto año y me paré frente a una de las habitaciones, aun así tomé algo de valor y toqué la puerta.

Un chico alto, corpulento y sin camiseta me abrió mientras bostezaba.

—¿Quién eres? —me preguntó curioso.

—Esta Rodrigo. —Ignoré su pregunta mientras le echaba un vistazo al pasillo, lo último que necesitaba era que el preceptor me encontrara en el pasillo de los varones o peor que Pablo me encontrara aquí, frente al cuarto de su hermano.

—Depende —me sonrió el gigante—. ¿Quién lo busca?

Casi le gruñí, era obvio que Rodrigo estaba dentro, el idiota solo quería molestarme.

—Puedes llamarlo —insistí volviendo a ignorarlo, y el tarado sonrió más cuando me vio perder la paciencia.

—Rodrigo hay una chica buscándote —gritó. Intenté mirar por la rendija de la puerta, pero el tarado puso todo su enorme cuerpo para obstruirme la vista.

—¿Quién? —Reconocí la voz de Rodrigo.

—No lo sé —me miró de pies a cabeza—. No me que quiso decir su nombre, pero creo que esta muy ansiosa por verte.

Rodé los ojos.

—No tengo tiempo ahora —dijo Rodrigo y con eso perdí la poca paciencia que me quedaba, aproveché de que el tarado gigante estaba distraído y me escabullí para meterme en la habitación.

—Hey, nena, que te pasa no puedes entrar asi—me dijo malhumorado.

—¿Y esta quien es? —preguntó otro chico rubio que estaba recostado en una de las literas.

Eso captó la atención de Rodrigo, me puso mala cara cuanto me vio.

—Hola —sonreí inocente.

—¿Qué haces aquí, Marizza? —masculló ofuscado.

Sus dos amigos nos miraron con interés.

—Necesito charlar contigo.

—¿Ahora? —dijo ofuscado, yo asentí—. No puedo Marizza, tengo práctica, así que mejor te vas y  hablamos después.

Tuvo toda la intención de echarme del cuarto, pero se lo impedí.

—No puede ser luego —me negué—. Tiene que ser ahora.

—Viene de apuro —dijo el idiota que estaba en la litera mientras bajaba. Se instaló al lado de Rodrigo al igual que él otro.

Me sentí un poco intimidada cuando sentí los tres pares de ojos sobre mi.