En el que maldigo a mis mejillas que me traicionan todo el tiempo

711 74 7
                                    

Sam



Al final, Candace terminó yéndose con sus amigas y yo esperé sin saber qué hacer. Adam al salir de la cancha fue directo hacia mí, con su raqueta aún en la mano. Se sentó a mi lado cuando le sonreí ligeramente insegura.

—Gracias por haber venido. ¿Qué te pareció?

—Fue increíble —dije con sinceridad—. Nunca había visto un partido. Eres... en serio eres muy bueno en esto. ¿No has pensado dedicarte a ello totalmente?

—Ser deportista profesional requiere mucho tiempo y esfuerzo. Quisiera tener tiempo para hacer otras cosas también y no volcar toda mi atención en una sola cosa.

—Entiendo —dije con un asentimiento de cabeza—. Felicidades por haber ganado.

—Gracias. Creo... que, si no hubieras venido, tal vez no lo habría hecho.

—¿De qué hablas?

—Nunca... había invitado a nadie a verme jugar —aceptó él y se encogió de hombros—. Realmente creí que no vendrías y no estoy acostumbrado a pensar en otra cosa más que en el juego cuando participo en un partido... pero ahora también estabas tú en mi mente.

Me sonrojé de nuevo. Maldije a mis mejillas por ser tan traicioneras y giré mi cabeza hacia el frente. Adam rio un poco y yo apreté los labios.

—Te agradezco... que me hayas invitado. La pasé bien.

—¿En serio? Tenía miedo de que te aburrieras.

—¿Aburrirme? No me aburrí para nada. Es... tu manera de jugar me absorbió por completo. Eres muy hábil. A veces me daba la impresión de que podrías volar si lo quisieras.

—Me alegro que te haya parecido interesante. Tengo que... ir a ducharme. ¿Te veo más tarde?

—Sí.

—¿Ya pensaste a dónde iremos?

—Sí, pero no te lo diré ahora.

Adam sonrió y se levantó de la banca.

—Te vi charlar con mi prima, ¿te dijo que terminará con su novio? —quise saber de repente.

Adam frunció el ceño y negó rápidamente.

—¿Lo hará?

—Sí. Parece que le interesas —comenté. Él rio y negó con la cabeza.

—Mala suerte... porque fue a ti a quien invité. No a ella —dijo, y me guiñó un ojo. Se giró y corrió hacia las duchas. 

Un juego peligrosoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora