Fraternizados

Capitulo 46.

Martes 14 de noviembre del 2017.

Pocas veces tengo días tan malos en el trabajo como hoy, un niño vómito en mi delantal, me equivoqué en un pedido y no quisieron pagarme, Vivi dijo que lo sentía mucho pero que debía descontarlo de mi salario, aunque solo fue el costo de los ingredientes y todo el pedido, debo decir que tener una jefa así de considerada me hace sentir afortunada, al menos hasta que un señor me gritó porque el quería un batido de frambuesa pero sé equivocó y me dijo frutilla, pero que yo debía saber que lo que quería decir era frambuesa porque lo pide cada semana, llevo meses trabajando aquí escuchando pedidos todas las tardes, pero él espera que yo recuerde su orden en específico. Y como guinda del pastel Zac sigue sin hablarme lo que hace que el ambiente sea una mierda.

Necesitaba llegar a mi hogar, bromear con Callum, hablar con Joss, jugar videojuegos con Colin, Garrett, Owen y JP, ver la cara de desagrado de Saul hacia todo el mundo y besar a Nate.

Hogar dulce hogar.

Entré en el recibidor e inmediatamente me fui a la cocina, moría de hambre.

– Justo a tiempo.– me dijo Joss cuando me vió cruzar el humbral.– Tengo lista tu cena.

– Gracias.– dije mostrando una sonrisa.

Hace un tiempo les dije a los chicos que no podíamos seguir cenando todas las noches comida basura, así que entre todos nos enseñamos algunas recetas que conocíamos y ahora cada noche cuando llego del trabajo alguien se encarga de tener lista la cena, y por eso los amo un poquito más.

Joss me sirvió un plato de sopa de verduras que comencé a devorar al instante.

– ¿Qué hay de ti? Siento que no te veo hace siglos.– me dijo él.– Siento hasta que me evitas.

– ¿De qué hablas? Jamás te haría eso, somos amigos, es sólo que tu has estado mucho con Thom fuera de casa y yo pasé el fin de semana en la playa con los chicos.

–Ajá, por cierto, ¿qué pasó en la playa?

– ¿A qué te refieres?

– No sé que pasó contigo, desde halloween estuviste súper deprimida, luego fuiste a la playa y ayer volviste radiante.

– La brisa marina supongo.

– Si, claro. ¿Qué pasa con Nate?

– ¿Qué?

– ¿Pasa algo entre tú y Nate?

¿Qué se supone que debo decirle? No quiero mentirle y negárselo, pero ya se lo conté a Celestine y cuando se lo diga a Josh o a otra de las personas que viven conmigo quiero hacerlo con Nate, porque sé que cuando lo digámos habrán problemas. Nate a obligado a todos a seguir reglas, lo que está bien si fueras reglas justas, pero si él no es capaz de obedecerlas entonces ya no tendrán sentido para nadie.

– Oye si no dices nada voy a pensar que te gusta.– dijo sacándome de mis pensamientos.

– ¿Por qué lo crees?

– No sé, se llevan bien y la semana pasada no que se hablaron ambos estaban raros y al volver de la playa ya no.– dijo encogiéndose de hombros.– ¿Te gusta?

– Tal vez.

– ¿De verdad?– preguntó con asombro.

– ¿Tu crees que está mal?

– No, claro no que no. No tiene nada de malo que te guste alguien.

– Pero estamos rompiendo las reglas.