Capítulo 10.

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Miércoles 30 de Agosto del 2017.

Durante estos días había intentado recopilar la mayor información posible sobre lo que había ocurrido la noche del sábado, mis compañeros me dijeron lo mismo que yo recordaba, pero nadie me vió ir al baño, ni vomitar y volver a mi habitación, ni siquiera Nate. Estaba claro que solo había sido un sueño.

Los chicos no paraban de molestarme por el baile sobre la barra, pero no era de burla, al parecer no lo hice tan mal. Pero eso sólo me hacía morir más de vergüenza, y a pesar de que han pasado cuatro días, no parecen superarlo. Si de algo estaba segura, no volvería a emborracharme, y luego del sueño con Nate mucho menos.

– Tyler, ¿a qué hora iremos hoy?– me preguntó Celestine.

– ¿Iremos? ¿A dónde?

– De compras, niña.– dijo sonando obvia, pero al ver el desconcierto en mi rostro insistió.– ¿Lo acordamos el sábado? ¿En tu cuarto? ¿Iremos por shampoo?

– Oh si, si, ya lo recuerdo.– dije al fin. Definitivamente no más alcohol en exceso para mi. Olvidaba hasta lo que había prometido antes de beberlo.

– Bien ¿Y a qué hora vamos?

_ ¿A las 5? Ahí finaliza mi última clase.

– Perfecto, la mía también.

– ¿No vendrás a casa?– le pregunta Mark.

– Claro que sí, bebé. Me iré con Tyler luego de las compras.

Y el almuerzo siguió su curso como cada día. Charlaba con Callum, con Celestine, con Peige y alguno de los demás. Joss nunca se sentaba con nosotros porque almorzaba con Thomas, por lo que yo aveces me iba con ellos y Peige me seguía a regadientes. Traté de persuadirla para que viniera conmigo a la salida con las chicas, pero las compras tampoco eran lo suyo, creo que su verdadero problema era Marion.

Para las 17:00 Celestine estaba esperándome en el estacionamiento frente a un auto.

– Mark me ha dejado traerlo.– explicó con una gran sonrisa.– Sube.

Aunque quería sentarme de copiloto supuse que sería el lugar de Marion, ellas eran amigas desde hace mucho más de una semana.

– ¿Qué haces?– me preguntó cuando abrí la puerta trasera.– Puedes sentarte junto a mi, soy vegetariana, Tyler así que te aseguró que no quiero cocinarte.

– No es eso.– contesté riendo. Ya sabía que era vegetariana, me lo dijo en un almuerzo como hace una semana.– Pensé que era el puesto de Marion.

– Marion no viene. Tenía cosas que hacer.

Subí en el asiento delantero con una sonrisa que Celestine no dudo en devolverme y enseguida salió del estacionamiento camino al centro comercial.

No sé porque me sentía tan aliviada de que no estuviera Marion. Quizás porque era tan perfecta que hacía que el resto pareciera inferior, quizás por lo avergonzada que me hizo sentir por ser virgen, quizás porque solo paso tiempo con ella porque me agrada Celestine y almorzar con los chicos. Quizás porque yo sueño con Nate y ella lo tiene de verdad. ¿A qué viene ese pensamiento? Yo tengo a Elias, que es mil veces mejor que Nate.

– ¿Por qué estás tan callada?– me preguntó sacándome de mi transe.

– Estaba pensando.

– ¿En qué?

– En mi novio.– contesté dudativa.

– ¿Lo echas de menos?

– Si.– suspire, sin saber cuando de esa pequeña respuesta era cierto.

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