Capítulo 27.

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Viernes 06 de Octubre del 2017.

– Buen día, Tyler.– dijo Max entrando a la cocina.

– Ya es la tarde, Max.– dije y este miró el reloj en su muñeca y se alzó de hombros.

– Si que dormí anoche, supongo que me he perdido unas horas de clases.

Eran las 3 de la tarde, con mucha suerte alcanzaba a llegar a la última clase del día.

– Buenas tardes entonces.– se corrigió.– Por cierto ¿qué haces aquí?

– Acabo de llegar. Me duele la cabeza y estar en clases solo lo hacía peor. Necesito encontrar un trabajo y en todos los lugares que he mandado solicitud aún no me han respondido, así que pensé que podía buscar durante la tarde.

– ¿De qué quieres trabajar?

– En este momento aceptaría casi cualquier cosa.

– Tengo una tía que tiene un café y busca camarera.

– ¿Enserio? ¿Y crees que pueda darme el empleo?

– Seguro, aunque deberíamos ir ahora mismo, antes de que pueda llegar alguien más.

– Claro, ¿dónde es?

– A unas cuantas calles, te llevaré en mi coche.

En unos 10 minutos estábamos frente al Café de Vivi's, era un sitio acogedor, pintoresco. Entramos y en cuanto conocí a Vivi me agradó, me dió un abrazo bastante cálido, me hizo un par de preguntas, coordinamos el horario en que estaría disponible y luego de entregarme un uniforme el empleo ya era mío.

– Gracias Max. No sé como compensarte esto.– dije en cuanto Vivi se marchó.

– No hay de que, Tyler, tu has hecho mucho por nosotros. Y como hoy no alcancé a comer de tu desayuno ¿qué te parece si soy tu primer cliente?

Me cambie de ropa y luego Max me hizo su pedido, lo anoté en mi libreta y fui a buscarlo. Para cuando volví Max charlaba con un chico, y al observarle mejor me di cuenta de que lo conocía. Era Zac, el hermano de Marion.

– Aquí está tu pedido, Max.– dije dejándolo en la mesa mientras Zac me miraba con atención.

– Tyler, seguro la conoces. Vive con nosotros.– dijo Max hacia Zac presentándome.

– Ah si, creo que te he visto.– dijo hacia mi.

– Estuve en el funeral de tu madre. Siento por lo que estás pasando.

– Está bien, fue bastante rápido, pero sabíamos que pasaría. Además ella estaba sufriendo y los hijos no queremos ver a nuestras madres de esa manera.

– Supongo que no.– dije pensando en mamá. No porque estemos peleadas yo podría esperar que algo malo le pasara. Sé que si era de esa manera conmigo era porque me ama y quería protegerme. La amo también, a pesar de todo.

– Lastima que no nos hayan presentado formalmente.– dijo sacándome de mis pensamientos. Y realmente era una lástima, porque se veía muy simpático... y atractivo.– Soy Zac.

Estiró su mano hacia mi y la estreche quedándome de piedra sin decir ni una palabra, tal vez debería presentarme también, pero había olvidado como, recuerdo que Max le había dicho mi nombre así que puede que no sea necesario repetirlo.

– ¿Vas a servirte algo?– le pregunté cuando nos soltamos.

– En realidad trabajo aquí. En cinco minutos comienza mi turno de hecho.

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