Capítulo 35.

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Jueves 26 de octubre del 2017

– ¿No crees que estás exagerando?

– No quiero olvidar nada, Nate.– dije alzando mis hombros.

– ¿Estás emocionada?– Me preguntó con una sonrisa en el rostro.

– Por supuesto que sí, es primera vez que haré esto.

– Estoy seguro de que te va a gustar.

– Tengo un poco de miedo, Nate.– asumí dándome la vuelta para comprobar que no me faltaba nada de lo que había anotado en mi lista.

– Yo voy a estar contigo.– dijo Nate abrazándome por la espalda apoyando cabeza en mi hombro.– Voy a cuidarte.

– Ya lo sé, no me hagas caso.

Me dí la vuelta entre sus brazos y también lo abracé por la cintura.

– Bien. Me voy a mi cuarto, también debo ordenar mis cosas.– dijo dando un beso en mi coronilla.– descansa porque mañana nos levantaremos muy temprano.

– Lo intentaré. Duerme bien.

– También tú.

Nos despedimos con un beso corto y Nate se fue a su habitación, enseguida me metí en la cama y cerré mis ojos, sin embargo, estaba muy despierta, la emoción y excitación por la nueva aventura que iba a vivir no me permitía dejar de pensar y la ansiedad no me dejaba dormir.

Media hora más tarde sentí en mi pared los típicos golpes en código morse de Nate. Respondí con un leve golpe.

– ¿Aún despierta?

– Estoy muy ansiona, Nate.– me quejé.– No puedo dormir. ¿Cómo vas tú?

– Ya he terminado de ordenar mis cosas.

– ¿En serio? ¿Estás seguro de que llevas todo?

– Sip, seguro. He acampado muchas veces, Ty.

– Bien, tienes razón.

– Ya voy a dormir.– dijo en modo de despedida.– Deberías dormirme o mañana no podrás levantarte y te dejaremos aquí.

– No te atreverías.

Nate rió con fuerza y dió un último golpe.

– Buenas noches, Ty, descansa.

– Tú también, Nate.

Viernes 27 de octubre del 2017

Nate estaba muy equivocado, a la mañana siguiente me desperté mucho antes de que sonara la alarma, bajé velozmente a bañarme y luego de vestirme volví a bajar para preparar desayuno para mi y los chicos que se levantarían temprano.

El lunes anunciaron que hoy no habría clases y a Colin se le ocurrió la idea de ir a acampar junto con sus primos y Nate por el fin de semana como hacían de vez en cuando. Fue durante el almuerzo y todos quedaron sorprendidos cuando Nate propuso que los acompañara. Callum con su afectividad de siempre parecía encantado con la idea y me insistió animosamente a ir, aunque no hacía falta porque desde que Nate lo mencionó me hizo muchisima ilusión, nunca había ido a acampar, solo una vez había hecho una excursión muy pequeña con los padres de Elias y mi madre por el día.

Colin y Garrett fueron los primeros en bajar.

– ¿Cómo estás, chica?– me preguntó Garret pasando su brazo por mis hombros.– ¿Lista para la aventura?

– ¡Muy emocionada! Gracias por invitarme.

– No es nada.– respondió Colin.– Ya eres una de nosotros. Sólo espero que puedas seguirnos el paso.

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