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Cinco días después.

Lia.

—Debes completar estos también —Shawn me pasa varios papeles.

—Está bien —los recibo algo cansada.

Ahora que todo se ha calmado completamente hemos podido pasar gran parte de la mañana realizando trámites para poder completar mi informe de ingreso a la escuela, además de algunos que necesitaré para la vida diaria.

—¿Estas segura de querer hacerlo?

Sé que se refiere a la escuela.

Suspiro.

—Completamente.

Ahora sonríe el de lado.

—Me alegra mucho por ti —dice sentándose en el sofá.

—¿Podemos ver algo? —necesito meterme en alguna película para despejarme un rato— Me duele la muñeca.

Me froto la zona adolorida.

—Busquemos algo —propone Shawn encendiendo el televisor.

—Ya voy —termino de colocar los últimos detalles en las hojas y me levanto de la silla alejándome de la mesa tomando lugar a su lado, siempre a la izquierda.

—¿Qué quieres ver?

—Lo que sea —digo sin pensar— Tu ¿has terminado los estudios?

—Si —ríe pasando las películas— Hace dos años.

—Ya, —me muerdo la mejilla— ¿Algún consejo?

—No te servirían

—¿Por qué?

—Serian de la vieja escuela —lo dice como si entendiera.

—¿Vieja escuela?

Me mira.

—Pasado de moda —alzo las cejas— Ya no es lo mismo de antes.

—Nada lo es —y al ver cómo me mira noto lo melancolía con la que soné— Da igual.

—Intenta mantenerte al día con las tareas —dice luego de unos segundos.

—Está bien.

—No dejes las cosas para último momento —advierte.

—Suena a que lo has hecho —sonrío algo confundida y a la vez divertida.

—Puede que alguna que otra vez.

—¿Qué hay de las personas?

Frunce el ceño.

—¿Qué quieres decir? —pregunta confundido.

—Como son, ¿debo comportarme de alguna forma? —alzo las cejas.

—Bueno —se rasca la mejilla— Eso depende de cada persona, con los profesores debes ser más introvertida y algo más formal. Pero con el resto supongo que debes ser tu misma.

—Tomo nota, gracias. —me acerco dudosa, pero me atrevo a darle un beso en la mejilla— Me alegra tenerte a mi lado. Gracias por todo.

No dice nada, solo me observa, luego a la televisión y vuelve la mirada a mí.

—¿Hice algo malo? —pregunto temerosa de la respuesta.

Niega con la cabeza.

—Yo, digo tú

Se calla aprovechando que mi celular suena y vibra sobre la mesa.

Me levanto confundida por la reacción de Shawn y tomo el celular aceptando la llamada cuando veo que es Brook.

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora