Lia.—¿Que va a pasar ahora?
La pregunta me toma desprevenida.
—¿A que te refieres? —cogo el vaso de soda y le doy un sorbo.
Este liquido es delicioso.
—Ya sabes —dice Shawn limpiándose la boca con una servilleta— Ya saliste del hospital, ¿que harás con el tiempo que te quedes por aquí?
No había pensado en un futuro, bueno, si lo había hecho pero no en profundidad. Aun así, todavía tengo demasiadas cosas que aclarar conmigo misma.
Para empezar estaba el hecho de que había conseguido un empleo, y por mas que fuera apresurado era necesario. ¿De dónde mas conseguiría dinero?
Sin estudios, sin carrera y ni siquiera un titulo. Espero que pueda ser de utilidad en la biblioteca de otra forma tendre que buscar otra manera de conseguir ingresos.
Además había escapado de mi pasado, pero no estaba del todo enterrado. Si, tuve suerte, aun no logro concentrarme en el momento en el cual decidí porfin dar por terminado ese tiempo, pero si recuerdo las esperanzas resurgidas cuando atravesé aquella puerta y distingui los arboles.
¿Quién me aseguraba de que estaba por mi cuenta?, pensar que ellos me vigilan me dan nauseas y más saber que sigo siendo un títere para ellos.
Aun no estoy segura. Y no sabría decir si algún día lo estaré.
—Creo que voy a tomar las cosas con calma —confieso— Esto es nuevo para mi y...
—¿Por qué? —pregunta.
—¿Porqué qué?
—¿En donde te quedabas antes? —su mirada es inquietante. Y que quiera averiguar sobre mi pasado no es algo que me gustaría que pasara.
—¿Qué caso tiene?
—Alguien envió un gato, a este edificio no entra y sale nadie que tenga llave. Y justo anoche, mientras estabas sola te dejan un regalo.
—¿Creés que era para mí?
¿Un gato?¿Qué significaba?
Ahora ser sumaba un felino pequeño, que era, una advertencia y amenaza. Por donde mirara ese animal no tenia ningún significado para mi.
—No sé si no te hayas dado cuenta pero mencioné que estaba en un evento importante. Era esperado desde hace meses, estaba en varios anuncios y yo iba a ser invitado especial.
¿Por qué siento que esta acusándome de algo?
—No entiendo. —comienzo a sentir esa familiaridad en mi interior, comenzaba a ponerme a la defensiva.
—Yo toco un animal, cualquiera que tenga pelo y puedo ir a terminar en un hospital. A menos de que sea una amenaza que hayan enviado, ese gato no podría ser más que para ti.
—¿Alguien más sabe donde vives?
—No... —pense que era un error. Eso suele pasar, ¿no? La gente se equivoca— Tal vez se confundieron.
—Era de noche. Y no tenia ni remitente o algún otro dato.
—¿De qué sirven estas preguntas? ¿Acaso creés que sé algo? Porque la verdad es que no y tampoco le he dicho a nadie donde me estoy quedando.
Ni siquiera sabia la dirección de ese lugar.
Se cruzó de brazos al otro lado de la mesa.
—Solo trato de averiguar que era de ti antes de todo esto.
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Segunda Oportunidad
Teen FictionElla: Atrapada desde que tiene memoria en el mismo lugar, siendo apartada del mundo, torturada, maltratada, sintiéndose destrozada y sin vida. Creyéndose nadie para el resto del mundo y para sí misma, hasta que todo cambia y, el poco conocimiento qu...