18

31 17 0
                                    

Lía

En la mañana.

–¿Estarás bien?

–Sí.

–¿Quieres que te acompañe?

–No

–¿Segura?

Le doy a Shawn una mirada molesta.

–Sí

–Avísame y te recojo -asiento con la cabeza mirando el edificio que está enfrente de mí- Lía yo...

–Luego hablamos –le digo para calmarlo; luego del suceso en su departamento rápidamente me aliste y sin rechistar acepte que Shawn me trajera tratando de memorizar las calles para después volver– Adiós

Salgo del auto cerrando la puerta, cruzando por detrás veo el vidrio bajando del lado del conductor y espero a que su rostro se asome.

Shawn se queda sin hablar unos segundos mirando el volante para decir;

-Nos vemos luego -alzo mi mano izquierda para saludarlo. Frunciendo el ceño viendo como arranca y se pierde con los demás autos de la calle.

La clínica es más grande de lo que pensé. Bueno, en realidad no imagine nada pero estoy realmente sorprendida de lo inmensa que lo es.

Me acomodo la campera y sacudo el pantalón como si tuviera alguna mancha.

Subo las escaleras mientras sigo admirando el lugar, debió tardar años en construirse. Abro la puerta y me dirijo hacia una muchacha que está detrás de un mostrador con una sonrisa perfecta; dientes blancos y súper alineados, intento poner mi mejor sonrisa;

-Hola, me llamo Lía. Tengo una cita con el doctor-paro de hablar porque no recuerdo el nombre y le entrego la nota que éste me dejo.

-Bien, espera un rato y en un minuto te llamo –dice sin despegar su vista de la computadora. Asiento con la cabeza y me acomodo en el asiento frente al escritorio de ella jugando con mis dedos.

Mirando a mí alrededor de repente veo una figura conocida caminando hacia la entrada, sus ojos se encuentran con los míos.

-¡Lía! -exclama alegremente cuando llega hasta donde estoy- ¿Qué haces aquí?

-Ho-hola -intendo darle mi mano temblorosa pero toma de ella y tira levantándose de mi lugar para abrazarme.

Al contacto cierro los ojos pero no me aparto.

-Ay, perdón -se disculpa luego de despegarse de mi. Le doy una sonrisa.

-No, esta bi-bien

-Wow, no me esperaba encontrarte aquí. Yo... no sabía como contactarte -dice algo apenado- Fui al día siguiente pero me dijeron que ya te habían dado el alta. Y no pude convencer que me dieran tu número.

Me había olvidado completamente de Brise, esta tan absorta en mis problemas que ni siquiera me había parado en pensar en el.

-Yo... lo siento -digo apenada.

-Esta bien, ya no importa -dice haciendo un gesto quitándole la importancia- Estas aquí, ¿qué haces acá?

-Yo solo vengo por un turno –digo mirando a la secretria que aun tiene la vista en la computadora.

¿No le dolerán los ojos?

- ¿Qué doctor te atiende? –pregunta mientras mete sus manos en los bolsillos delanteros.

-No recuerdo su nombre –sonrío- ¿Tu qué haces aquí, también una revisión?

-Mi padre trabaja en esta clínica hace más de quince años, solo estoy para sacarle dinero -contesta mientras sonríe y puedo notar un pequeño hueco en su mejilla derecha, que me hace parecer súper tierna– Espero que estés mejor, ya sabes luego de todo lo que pasaste

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora