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Lía

Levanto mis párpados pesados y luego dejo escapar un bostezo. Un escalofrió me recorre el cuerpo entero mientras refriego mis ojos para desperezarme. Me acomodo en la cama para sentarme y observo el desparramo de sábanas blancas enredadas en mis piernas y algunos bordes tocando el suelo.

Me desenredo para levantarme y caminar hacia la ventana e inspecciono el clima. El cielo esta cubierto de nubes grises. Abro la ventana luego de descubrir la maniobra para entender la cerradura. Una brisa me golpea y es como si pudiera respirar un nuevo aire, estando en lo alto del departamento, me asomo al borde colocando las palmas de mi mano sobre el borde que sobresale apoyándome en ellas para mirar hacia abajo donde aún hay varias personas con cámaras.

Estamos demasiado alto.

Cuando me reincorporo algo capta mi atención. Es el brote de una planta, es de un verde vivo y es demasiado pequeña y se esconde entre una abertura de la pared. Veo que tiene un pequeño puntito de color amarillo en la punta.

Debe ser su flor.

¿Cómo pudo crecer acá?

¿Debería cuidarla?

–No se cuidar de mi misma, menos voy a poder con una planta –digo hablando para mí misma tocando con cuidado la pequeña plantita, se ve tan frágil con el tallo súper fino.

Podes intentarlo.

–No debe ser tan difícil –comento dirigiéndome a la cocina, abro la puerta de mi habitación y asomo la cabeza mirando al lado izquierdo del pasillo. La puerta de Shawn está cerrada, la del baño igual, camino despacio sintiendo el frio del suelo en mis pies mientras avanzo hacia el lado contrario. Atravieso la puerta de la cocina y también esta despejada. Tomo un vaso de agua pero recuerdo que debo tomar mis medicamentos, así que opto por dos vasos de agua.

Me trago las dos pastillas recetadas con unos de los vasos de agua y lo guardo mientras voy a la sala sosteniendo el segundo vaso de agua, tampoco hay alguien en el lugar pero hay una bolsa gris encima del sillón con una nota. Reconozco mi nombre en ella y pienso que tal vez Shawn la dejo a ahí, deposito el vaso de agua sobre la mesita frente al sillón y me siento en éste.

Una sensación de nerviosismo me anima a abrir el paquete. Mis dedos tocan algo suave.

¿Una tela?

Saco el contenido de adentro y veo que es la ropa que Brooklynn me ayudo a elegir.

¿Cuándo fue a comprar todo?

Sintiéndome rara recojo todo junto al vaso mientras me dirijo devuelta a la habitación. Dejando las prendas sobre la cama y acercarme al brote verde.

Introduzco mis dedos dentro del vaso mojándolos para luego tocar sumamente despacio la planta. Repito la acción varias veces hasta que creo que ya está lo suficientemente mojada.

Cierro la ventana con la idea de cambiarme de ropa. Veo las prendas sobre la cama y comienzo a desvestirme. Quedo descubierta de la cintura para arriba solo en sostén. Tirando las prendas de Shawn a algún lado de la habitación recorro con mis dedos las marcas un poco más arriba de mi ombligo, cierro los ojos recordando imágenes desastrosas, como estuve tan cerca de la muerte

–¡Vamos! –tira de mi muñeca generando ardor.

Niego con la cabeza nuevamente, veo como la vena se su cuello se hincha de tanto apretar la mandíbula.

–¡Vendrás conmigo! ¡Vamos! –comienzo a gritar desespera esperando que alguien me escuche, pero en medio de la nada es imposible.

–Mi mamá me

Segunda OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora