Capítulo 38.

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Me pregunto que estará haciendo, Abraham, ahora mismo. Aquella noche estaba un poco raro. ¿Habrá algo que no quiere decirme?, pensé que confiaba en mí y podía contarme lo que le pasa, tal parece que no es así o tal vez solo quiera hacerse el misterioso. No estoy muy segura. Estoy tratando de ignorar todo esto para no ponerme paranoica.

—Sofía, ¿Por qué hay tantos libros en el suelo?.— habla después de tropezar con uno de ellos.

—Porque estoy estudiando mamá.— suelto con obviedad. 

— Es bueno que estudies, pero no es bueno que seas tan desordenada, recoge todo esto.

— Si, ahora lo hago.

— Ahora es ahora.

—¡Qué pesada eres!— hablo con molestia mientras recojo los libros y los meto de mala gana a la mochila.—¿No deberías estar trabajando?, ¿Qué haces aquí?.

— No me hables así Sofía. Pedí que me dieran el día libre para poder estar contigo, no discutas ahora.

— No tienes que hacerlo mamá, de todos modos nunca estas y nunca has estado, no te esfuerces en querer pasar tiempo conmigo ahora.— coloco la mochila en mi espalda y me dirijo hacia la puerta. 

—¿A dónde vas?.

—A estudiar donde no estés tú, no me juzgues mamá, me he acostumbrado tanto a tu ausencia que tu presencia ahora me incomoda. 

— Sofía...

— Vuelvo en un rato.— es lo último que digo para después salir por la puerta, cerrando un poco fuerte esta. Una fuerte brisa golpea directo en mi cuerpo y maldigo mental mente por no haberme puesto algo abrigador, ya que solo llevo puesto unos shorts y una camiseta con las mangas cortas. Sin más empiezo a caminar sin tener un rumbo fijo.

No puedo evitar sentirme mal, por lo de hace un rato con mi mamá, creo que no debí haber reaccionado así. Tampoco es culpa de ella el que tenga tanto trabajo, ya que cuando mi padre murió empezamos a tener problemas de dinero y ha sido ella la única que a trabajado duro para que la situación mejore. No es su culpa, no entiendo por qué sigo culpándola del hecho de que no este conmigo, sé que ella se esfuerza pero... No la necesito, ya me he acostumbrado a estar sin ella, a hacer mis cosas solas a resolver yo sola mis problemas. 

Voy tan metida en mis pensamientos que no me doy cuenta de que me golpeo con algo duro estampando de lleno mi cara en este. Doy tres pasos hacia atrás manteniendo el equilibrio para no caer mientras con mi mano tomo mi nariz en la que se concentra todo el dolor que acabo de causarme al chocar.

—¡Eso dolió!— chillo del dolor aun sujetando mi nariz y cerrando los ojos, de estos comienzan a caer lágrimas.

—Pensé que me habías visto y te detendrías.— habla una voz muy conocida, abro los ojos y levanto la mirada encontrándome con el castaño. Poso mi vista en su rostro y luego la bajo mirando su pecho, pero que fuerte, casi me parto la nariz. Levanto mi mano y toco el lugar en donde choqué.— ¿Qué estás haciendo?— quito mi mano rápidamente y apto seguido limpio mis ojos.

—No nada, olvídalo— jugueteo con mis manos nerviosas. — ¿Tú que estás haciendo aquí?, ¿Y tu auto?.

— Iba a verte. Y no tenía ganas de conducir.

—Oh, que bueno que nos encontramos aquí. Mi mamá está en casa así que no ibas a poder estar ahí. 

—Entiendo. ¿Adónde vas?.

—No lo sé, solo salí de mi casa y empece a caminar. 

—¿Y esa mochila?, ¿Te estás escapando o algo así?

—No. Solo son mis libros, dentro de poco son los exámenes y tengo que estudiar. Deberías hacer lo mismo.

—Si, si, como digas— pone los ojos en blanco— déjame ayudarte—extiende su mano pidiendo la mochila que llevo en la espalda. Se la entrego.—¿Segura que son libros y no rocas?, ¿Y por qué usas libros, no conoces lo que es el internet?.

—Los libros son mejores para estudiar.— lo miro divertida mientras me encojo de hombros. Levanto la vista y puedo ver una heladería.— Vamos por un helado, yo invito.

—¿Con este frío?— me mira mal.

— Sip, vamos.— Lo tomo de la mano llevándolo casi arrastras hasta el lugar. 

Una vez dentro elegimos la mesa que está cerca a la ventana.

—¿Recuerdas este lugar?, la primera vez que vinimos saliste corriendo y me dejaste aquí.

—Si lo recuerdo.—responde con tono serio.

—¿Te pasa algo?, estás muy raro, lo noté cuando fuiste a mi casa esa noche. ¿Está todo bien?.— Posó su vista en mí unos  minutos sin decir nada. Una leve sonrisa empezó a formarse en su rostro. 

—Si, todo está bien, no te preocupes por mí.— acaricia mi mejilla.

—Eso me alegra mucho— me acerco a él y beso su mejilla. En ese mismo momento llega la mesera a tomar nuestra orden.—¿Qué te parece si terminando los helados vamos a la guarida?, podemos ver una película o lo que tú quieras. Quiero pasar tiempo con mi novio, lo extrañé mucho.— hago un puchero. Él ríe y asiente.

—Muy bien, tú mandas, al final de cuentas te lo debo por desaparecerme todo este tiempo.

—¡Si!— digo como niña pequeña. El castaño pone los ojos en blanco mientras niega.

—Pensándolo bien... ¿No tenías que estudiar?.

— Oh, cierto, lo había olvidado.— guardo silencio un momento cuando la mesera llega dejando lo que habíamos ordenado. —Entonces estudiaremos.

—No, claro que no. Tú estudiarás, yo paso.

— Si, ya veremos eso.

(***)

—Sofía, ya deja de temblar. —ordena.

—Tú solo cállate y sigue abrazándome. —oculto mi rostro en su cuello.

—Llevamos como media hora así y tú fuiste la de la idea de comer helado.

—No sabía que iba a estar tan frío.

—Oh, ¿en serio? — pone los ojos en blanco. — ¿Tienes puesta mi casaca y aun así sigues teniendo frío?.

—En realidad ya no, hace un buen rato que entré en calor, solo quería abrazarte un poco más — pongo cara angelical mientras sonrió exageradamente. Él se separa un poco mientras cruza los brazos.

—Si me lo hubieras pedido podría haberte hecho entrar en calor de otra forma— me mira con picardía mientras eleva una ceja. Inmediatamente mi cara comienza a arder.

— ¡Abraham!— lo reprocho y él suelta una leve carcajada.

— Oh, vamos, no es como si no lo hubiésemos hecho antes.— acerca su rostro muy cerca al mío mientras pasa lentamente su lengua por sus labios.

—Tengo que estudiar— volteo mi rostro hacia otro lado. El castaño me toma del mentón y me voltea obligándome a verlo. No tarda mucho en juntar sus labios con los míos en un beso, que poco a poco se intensifica. — Abraham... — hablo una vez que me separo del beso.

— Vamos, solo quiero follarme a mi novia, ¿es mucho pedir? — rio ante sus palabras.

—Tonto— suelto antes de volver a juntarnos en un beso.



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Keyarbi🌹






Bad Boy © (Abraham Mateo💥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora