Capítulo 37.

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Joder... Tengo hecha la cabeza un lío, ¿Por qué ahora?. ¿Por qué justo ahora que todo estaba yendo bien?. ¡Maldita sea!, me arrepiento tanto de haber contestado esa jodida llamada.





El celular vuelve a vibrar por quinta vez, pero lo ignoro como las veces anteriores. No me da la gana de contestar. Puede que sea importante, ya que es un número que no tengo agendado y está llamando con mucha insistencia o puede que sea una fan que dejé olvidada por ahí, rio ante eso último, cabe la posibilidad de que sea así.
Miro la pantalla del celular y vacilo un poco si contestar o no, pero termino contestando.

—Hola?, ¿Quién habla?— hablo con un tono serio y guardo silencio unos minutos esperando a que respondan, pero no lo hacen.—Colgaré— Aviso. 

—A-¿Abraham?.—oigo pronunciar mi nombre con un leve titubeo. No respondo, un escalofrío recorre mi cuerpo al oír aquella voz. Imposible, no puede ser quien estoy pensando. 

—Quien... ¿Quién habla?.

—Abraham, soy yo, ¿Ya no recuerdas mi voz?.— mi corazón se detiene al confirmar de quien proviene aquella voz.

—¿Liv?.

—¡Sí, soy yo, pero cuanto tiempo ha pasado me alegra tanto oírte!.— oigo del otro lado, pero no respondo, no porque no quiera sino porque no puedo. Estoy congelado, asimilando lo que está pasando. 

Es ella, en serio es ella. ¿Por qué me llama?, ¿Por qué después de tanto tiempo?, ¿Qué es lo que quiere?. Miles de preguntas se instalan automáticamente en mi cabeza.

—Abraham, ¿Sigues ahí?.— Vuelvo a la realidad al oírla pronunciar mi nombre.

—Que-¿Qué es lo que quieres?— digo al fin pronunciando las palabras con un poco de dificultad.

—Abraham, he vuelto, como te lo prometí. 

—¿Qué?, Esto no puede ser, ¿Es una broma verdad?, ¿Qué es lo que quieres?.

— Estoy hablando en serio, ¿No te alegras de que haya vuelto?.

—¿Alegrarme? — rio sin gracia— Te desapareciste por dos años, dos años en los que yo... Olvídalo. — guardo silencio al sentir un nudo en la garganta.

— Te lo explicaré todo ahora solo quiero verte, te extrañé tanto. Estoy en casa de Ryan, ven en cuanto puedas.— guarda silencio un momento. — Cariño, he vuelto...— y sin más da por finalizada la llamada.

¿En serio está pasando esto?, ella ha vuelto y yo... Quiero verla, necesito verla...

(***)

Bajo del auto a toda prisa, ni siquiera me tomo el trabajo de cerrar la puerta, los hombres que están parados en el gran portón me reconocen en seguida. Uno de ellos habla por el auricular, que tiene en una de las orejas, haciendo saber que he llegado, inmediatamente el gran portón es abierto y entro al gran lugar.

—Buenos días, señor Mateo. — Saluda uno de los hombres que está parado frente a la puerta de la casa.

—¿En dónde está, Ryan? — hablo sin contestar su saludo.

—El señor está en el segundo piso, en su despacho, tiene visita.

Y sin esperar más corro hasta el lugar que me han indicado. A cada paso que doy puedo sentir que el corazón se me encoge y salta queriendo salirse de mi pecho.
Una vez que he llegado tomo el picaporte de la puerta y la abro de golpe.
Puedo ver a un Ryan mirándome confundido y... Ahí esta ella, está de espaldas, pero al sentir mi presencia se gira, en verdad es ella... Clava sus marrones ojos en mí e inmediatamente una sonrisa se instala en sus labios dejando ver su blanca dentadura. Corre dirigiéndose a mí y nos une en un abrazo que solo ella da, yo estoy inmóvil, mi cuerpo no responde.

Bad Boy © (Abraham Mateo💥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora