Bad Boy © (Abraham Mateo💥)

Capítulo 42.

—¿Abraham?.— una tercera voz llama nuestra atención.— Abraham, ¿enserio eres tú?.— habla la rubia con una sonrisa. ¿Quién es ella?.—Que sorpresa encontrarte por aquí y... Muy bien acompañado.— clava sus oscuros ojos en mi.

—¿Qué haces aquí, Irene?.— habla el castaño en tono serio.

—Suelo venir aquí a menudo, es mi lugar favorito.— le sonríe coqueta mientras juguetea con un mechón de su rubio cabello.— Por cierto, ¿No me presentas a tu acompañante?.

—Sofía, mucho gusto.— me adelanto a responder.

—Sofía... Lindo nombre, yo soy Irene, una amiga cercana de Abraham. Demasiado cercana diría.— mira al castaño, quien la mira como si le lanzara dagas de los ojos, ella ríe.—¿Puedo sentarme?, ya que me los encontré déjenme invitarles una copa.— hace una seña a la mesera y se sienta al lado del castaño.

—Ya estábamos por irnos, no te molestes.— habla el castaño.

—Claro que no es molestia cariño y tú lo sabes— le guiña un ojo y luego clava su vista en mi.— ¿Qué quieres de beber,preciosa?.

—Agua está bien para mí. — sonrio tratando de verme amigable.

—¿Agua?, no seas aburrida bonita, ¿Qué te parece una margarita?.

— Aún no tengo la edad para beber, así estoy bien, gracias.— me mira sorprendida.

—¿Cuantos años tienes?.

—No tienes que responder eso, Sofía. — habla el castaño mirando con mala cara a la rubia.

—Pero si quiero.— miro al castaño y luego a la rubia. —Estoy por cumplir los 17.

—Cosita.—me mira enternecida.—Una copa de vino estará bien para ti.— una vez que llega la mesera la rubia empieza a dictar su orden. El castaños tiene una mala cara, es evidente que no le agrada la presencia de aquella chica.

—Irene, ¿verdad?.— la rubia me mira y asiente una vez que la mesera se marcha. — ¿De dónde conoces a Abraham?.— me atrevo a preguntar. La chica mira de reojo al castaño y sonríe con picardia.

—Lo conocí por una amiga. Mi mejor amiga en realidad.— guarda silencio, la mesera llega con su orden. Entrega a cada uno la copa que le corresponde. — Esto es muy gracioso, ¿saben?. Mateo,¿ahora vas tú por las menores?— da un trago a su copa y luego clava su vista en mi. Miro al castaño quien posa su vista en mi y rápidamente la cambia fijandola en su copa.

—¿Qué quieres decir?— pregunto de todos modos al empezar a entender todo.

—Sofía se hace tarde, nos tenemos que ir.— habla el castaño quien se levanta del asiento.

—¿Ya se van?, ni siquiera has bebido de tu copa.— habla la rubia quien vuelve a mirarme. — Físicamente son muy diferentes, tienes pinta de niña buena. Liv, se ve mucho más ruda, eso es lo que te gusta de ella ¿no es así, Abraham?.—El castaño levanta la copa y se bebe todo el contenido de golpe y luego deja la copa en la mesa con exagerada fuerza.

—Nos vamos, Sofía.

—Pero.—Estoy por protestar pero su furiosa mirada y su fuerte agarré en mi brazo me lo impiden.

—¡Vámonos ahora!.—alza la voz, llamando la atención de las personas en el lugar, me levanta halando de mi brazo.

—Abraham, sueltame, me lastimas.— me quejo una vez que estoy frente a él.

—Una pelea de parejas, hace mucho no veía una. ¿O acaso he ocacionado una?— habla la rubia con diversión mientras bebé de su copa.

—En tu vida te me vuelvas a cruzar maldita drogadicta.— habla el castaño furioso.

—¡Abraham¡.— lo reprendo, pero me ignora.

—Vámonos de una puta vez, Sofía— habla mientras comienza a llevarme del brazo hacia la salida.

—Ayer, Liv se enfadó cuando te marchaste.— escucho decir a la rubia, me detengo de golpe. El castaño voltea a verme.—Y se enfadará más cuando sepa que andas con otra.— continúa.

—Vámonos, no la escuches. — habla suplicante el castaño. Me suelto de su agarre y voy hacia la mesa en donde estábamos minutos antes.

—¿De qué estás hablando?.— pregunto a la rubia quien me mira con diversión.

—Querida, ayer tu novio, estaba con su amada Liv. ¿Acaso no te lo dijo?.

—¿Liv?.

—Si, ella está de regreso, vino por él y dejame decirte que él no puso resistencia. Aún estando contigo.

—Claro que no, eso no es verdad.— hablo sin creer una sola palabra de lo que dice. La rubia suelta una sonora carcajada.

—¿Tanto confías en él?, eres una ingenua, pero bueno, era de esperarse. Solo eres una niña.

—Sofía.—Oigo al castaño llamarme. Me doy la vuelta y me encuentro con él, lo aparto de mi camino empujandolo y comienzo a andar hacia la salida.— ¡Sofía!.— Puedo oírlo llamarme una y otra vez. Lo ignoro y sigo mi camino.

Siento un dolor en el pecho que me impide respirar con normalidad, ¿qué pasa?, no lo entiendo. Este sentir empezó cuando aquella rubia me dijo todo eso, ¿es verdad?, todo lo que ella dijo, ¿era verdad?. No lo sé y el único que puede resolver mis dudas es quien ahora mismo no quiero ni ver...

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KEYARBI🌹.