Capítulo 33.

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Sin duda alguna este no fue mi día. Discutí con Abraham, ya se quien es esa famosa Liv de la que el castaño nunca quiere hablar y por si fuera poco dejé las llaves dentro de la casa, ahora estoy afuera sentada en el piso hace como unas dos horas y congelándome de frio. Oculto mi rostro entre mis brazos que están apoyados en mis rodillas y suelto un grito furiosa.¡ Que este día termine ya!. Levanto la mirada y pongo todos mis sentidos alertas al ver un auto desconocido detenerse justo frente a mi. Me levanto de golpe y empiezo a andar a paso rápido sin rumbo fijo, no pienso quedarme ahí, con solo recordar aquella escena que pasé con Abraham, cuando esos tipos se bajaron de aquel auto y nos llevaron con ellos, se me ponen los pelos de punta. Miro de reojo aquel auto y mi corazón empieza a latir descontroladamente al ver que me viene siguiendo. Acelero el paso, casi podría decir que estoy corriendo.

─¡Ey!, ¡¿A donde vas preciosa?!─ Me detengo de golpe al reconocer aquella voz, doy media vuelta y la confusión es evidente en mi rostro.

─Abraham... ¿Qué haces aquí? y... ¿De donde sacaste ese auto?─ Paso mis ojos por el brillante deportivo, de un color rojo intenso, que tengo en frente. ─ Me asustaste, pensé que alguien me estaba siguiendo.

─Lamento eso.─ Rasca su nuca─ Pero ven sube.─ Asiento y abro la puerta del auto con un poco de inseguridad. Una vez dentro volteo mi cara para ver al castaño que no deja de pasar sus manos por el volante del auto. Se ve feliz. ¿Ya habrá olvidado nuestra pelea?.

─ ¿No estas molesto?.

─ ¿Por?─ habla confundido.

─Por lo de hoy.

─Oh, eso... Puedes olvidarlo, ahora estoy de muy buen humor.─ Muy bien, eso no me lo esperaba. Yo me sentía muy mal por eso y el solo  me dice que lo olvide. Eso quiere decir que no le importó aquella escena. ¿Siquiera pensó en eso?.

─¿De donde sacaste el auto?.─ Pregunto cambiando de tema.

─ No lo robé, puedes dejar de pensar en eso.

─ No había pensado eso─ Miento. Por un momento si lo pensé , pero me aterraba que eso fuera verdad, a veces no entiendo porque pienso lo peor. ─ ¿Te lo regaló tu papá por tu cumpleaños?─ el ríe.

─ No, el nunca me hubiera comprado un auto. No tengo una buena relación con mi padre.

─ Oh... No lo sabia.

─ Pero hubieras visto su cara cuando vio el auto estacionado frente a la casa. Jamás superaré eso. ─ Habla con diversión.

─ ¿Entonces como lo conseguiste? ─ ignoro sus palabras y creo que fui muy brusca al hacerlo. Sé que fue así cuando lo  veo levantar la ceja con desconcierto.

─ Me lo compré yo.─ Habla con el mismo tono frio de siempre.

─ ¿Con que dinero?─ Sigo interrogándolo.

─ Con el de mi trabajo─ su voz empieza a sonar con molestia.

─ ¿En que trabajas, Abraham?.

─ Ya es suficiente, Sofia. ¿A que vienen tantas preguntas?─ Su voz sale con enojo igual al que se ve ahora mismo en su rostro.

─ Solo quiero saber, casi no sé de ti, no sabia lo de tu papá porque nunca hablas de el o de tu mamá. No se en que trabajas. No se nada de ti porque nunca quieres hablar de nada que se trate de ti.

─ Joder, Sofia...─ tira su cabeza para atras cerrando los ojos y suspirando pesadamente.─ Hablaremos de eso en otro momento ¿Si?. ─ habla más relajado volviendo a su postura inicial.

─ ¿Lo prometes?.─ Pregunto como niña pequeña.

─ Lo prometo.

─Bien. Por cierto, lindo auto.─ jugueteo con mis manos.

Bad Boy © (Abraham Mateo💥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora