Bad Boy © (Abraham Mateo💥)

Capítulo 29.

Cumpleaños 2/2.

—Joder, ¿porque no me contesta? — hablé malhumorado.

— Ey amigo, tranquilo, tal vez esté ocupada. — se encogió de hombros.

— ¿Justo hoy?, ¿y que puede tenerla tan ocupada para que no me responda las llamadas en todo el día?.

— Tú le dijiste que te daba igual que sea tú cumpleaños, tal vez se lo tomó enserio.

— Si... Tal vez sea eso. — guardé el celular en mi bolsillo.

— Pero no importa, podemos ir a algún bar con amigas, ¿aún hablas con Irene?.— no pude evitar sonreír cuando la mencionó, ya que me hizo recordar la vez que salí de su casa sin dar explicación alguna.

— Ella no querrá verme.

— ¿Porqué lo dices?.

— Tú solo hazme caso.

— Bueno, como digas— su celular sonó— Oh, mira, es un mensaje de Valeria, dice que está en casa de Sofía.

— Bien por ella — me crucé de brazos restándole importancia.

— ¿No quieres ir a verla?.

— No, ella me ha estado ignorando todo el día, ¿Porqué tengo que ir a verla yo?, si no quiere saber de mi entonces ya no insistiré.

— Joder, Mateo. — se razca de manera histérica la cabeza— bien, entoces sólo acompañame, luego si quieres te vas, así no vez a Sofía.

— Es la misma cosa, no iré.

— Vamos y te dejo conducir mi auto. — me muestra las llaves del auto.

— Vale, si es así, vamos. — le arrebaté las llaves.

— Solo porque es tú cumpleaños, pero si le haces algo a mi auto no me va a importa que estés de festejado y te cortaré los huevos, Mateo.— Me advirtió.

— Si, si, ya callate y sube. Me muero por conducir a este bebé.

Mi mejor amigo me lanzó una última mirada y resignado subió al auto, así dejandome a mi al volante. Emprendimos rumbo a la casa de la pelinegra, mi mejor amigo no paraba de repetir que tenga cuidado con su auto. Yo solo lo ignoré, encendí la radio y le subí a tope de volumen para no oírlo. En menos de unos 15 minutos llegamos a nuestro destino.

— Tú ve, yo te espero aquí, tal vez vaya a dar una vuelta.

— Ni lo sueñes, Mateo. Bajate de mi auto ahora.

— Eres el peor mejor amigo que haya podido tener— hablé mientras me bajaba del auto.

— Si, si. Como digas— sacó su móvil.

Justo en ese momento nuestra mirada fue directo a la pelirroja que estaba saliendo de la casa.

— ¡Oh, Lucas!, que bueno que estas aquí, ¡Y trajiste tu auto! — habla la pelirroja exagerando el tono de sus palabras. — Hola, Abraham, feliz cumpleaños— me da un beso en la mejilla seguido de un abrazo— Disculpa tenerte que robar a tu mejor amigo justo hoy, pero es algo urgente.

— No importa, de todos modos ya me iba.

—¡Noo! — La chica abrió los ojos como plato — digo, no, no puedes.— habló más calmada.

— ¿Qué tal si le preguntamos a Sofía si puede venir con nosotros? — habla por fin mi mejor amigo, yo lo miro de mala gana mientras la pelirroja lo mira como si lo quisiera asesinar.

— ¿Qué estas haciendo? — la pelirroja habla entre dientes.

— Tu dejamelo a mi— mi amigo le sigue de igual manera.

— ¿Me perdí de algo? — hablé confundido.

—No. Ahora ven sígueme— el chico de cabellos azabache me lleva casi a rastras a la casa de Sofía, una vez en frente a la puerta, me zafo de mala gana de su agarré.

— Te dije que yo no quería verla.

— Ya es tarde para eso— tocó el timbre y salió corriendo hacia su auto entrando en este seguido de Valeria. Y acelerando a toda velocidad.

¿Pero que les pasa a esos dos?. Al final de todo me han dejado solo, por mi mente pasa irme de aquí pero no lo hago, solo me quedo a esperar que habrán la puerta, ya que mi mejor amigo ya tocó el timbre.

— Abraham... Hola...— habla la pelinegra una vez que abre la puerta. Tengo la vista clavada en el suelo.

—Hola, Sofía. — levanto la mirada.

Y puedo ver a una tímida Sofía, para frente a mi. Lleva un vestido de color azul y sus largos cabellos negros caen sobre sus hombros. Puedo ver que tiene un leve sonrojo en las mejillas. Algo muy poco inusual en ella.

—Lamento no haberte hablando en todo el día— levanta la mirada y me sonríe.

— Si... No importa. — me encogi de hombros restándole importancia.

— Pero fue para algo bueno, ya veraz. Cierra los ojos— pide. Yo la miro confundido.

— Si es para lo que creo que es, ya habíamos hablado sobre eso Sofía, nada de fiestas. — Se cruza de brazos mirándome sería.

— Cierra los ojos, Abraham. — pongo los ojos en blanco y suelto un suspiro de cansancio, no me queda de otra. Hago lo que ella me pide, puedo oír una pequeña risilla de parte de la pelinegra, que toma mi mano para llevarme hasta el interior de la casa. — Cierra bien los ojos, no hagas trampa.

— Los tengo cerrados.

— Bien, ahora si, ábrelos— y eso hago. Exploro todo el lugar que ahora mismo no cuenta con luz, pero la habitación es iluminado por las velas que están allí, la mesa de centro está decorada por diferentes cosas y una sonrisa se me escapa al ver una botella de vino. —Feliz cumpleaños. Se que me dijiste que no querías fiestas ni esas cosas, así que quise hacer algo diferente, ¿Te gusta? — habla mientras juguetea con sus dedos nerviosa. Me acerco a ella y tomo sus manos.

— Si, me gusta— ella sonríe— ¿Pero sabes que me gusta más?.

— ¿Qué?.

— Tú— acerco mi rostro al de ella— Te vez hermosa. — y finalizo juntando nuestros labios en un beso. Solo dura unos segundos, ya que ella se separa y va hacia la pequeña mesa de centro. Sostiene la botella de vino y vierte el contenido en ambas copas, las toma y me entrega una.

— Brindemos por tus dieciocho— pone la copa delante de ella.

— Yo brindo por ti, Sofía Miller, gracias por cruzarte en mi camino— sus ojos tienen un lindo brillo y no dejan de mirar los míos.

— Salud. — hablamos al unísono mientras bebemos cada uno de sus copas.

Y si, gracias por cruzarte en mi camino Sofía, sin ella todo sería muy diferente. Mi vida antes de conocerla era de color gris, pero ahora empiezo a ver los colores...

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~Keyarbi 🌺