𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུ

capítulo #10: autumn leaves

Habían pasado alrededor de dos meses, más o menos, desde que Jay huyó de casa y está rentando un lugar para vivir. Había visto un artículo donde alquilaban cuartos por un precio que alcanzaba el presupuesto que su bolsillo disponía, Jay no tenía pensado perder esa oportunidad. A estas alturas, prefería vivir con un extraño que nada le aseguraba que estaría a salvo, pero que sin embargo era mucho mejor que estar con su padre.

El cuarto no era ni muy grande ni muy chico, sino que intermedio, así como le gustaba a él. Por suerte, se llevaba bien con la persona que hizo negocios con él, y resultaba que no solo le alquilaba a él, había alguien más en el medio, pero ese ya tenía bastante antigüedad allí, por lo que no debía hacerse mucho problema.

Uno era Lee Heeseung y el otro Kim Sunoo. La ternura del último le hacía recordar diariamente al rostro de Jungwon.

Él y ese chico siguieron en contacto después de todo, aunque hasta esta instancia de su vida se preguntaba cómo fue tan afortunado de conocer a Jungwon.

No lograba entender qué hizo él para merecerlo, Jay desde un principio no deseaba otra cosa que tener el valor para brincar de ese puente —todavía no se rinde—, pero ahora, con Jungwon en su vida, esa idea se fue perdiendo en su cabeza.

Increíblemente, él tenía una manera única y mágica de hacerle olvidar todo a su alrededor y que solo se enfocara en ellos dos.

A veces, estaba asustado de cuán rápido puede latir su corazón cuando Jungwon está cerca, era totalmente loco.

—Jay, ¿qué sucede? No has tocado el desayuno. —Heeseung habló, quitándolo de sus pensamientos. El aludido lo miró. —¿No te gustó lo que preparé?

—Tal vez se siente mal del estómago, Heeseungie. Anoche tampoco comió. —en su lugar, respondió Sunoo por él. Ver el rostro de ese chico por la mañana equivalía a ponerse de buen humor en un instante.

—No tengo mucho apetito, lo siento. —se disculpó Jay, mirando apenado a Heeseung. Sabía cuánto se había tardado el muchacho cocinando para los tres, pero la realidad es que su estómago se sentía lleno, tenía miedo de que si lo cargaba le comenzaría a doler. —Debo irme primero, continúen sin mi.

No es como si le agradara abandonarlos cuando ellos ponen tanto esfuerzo en integrarlo a su rutina, aunque hayan pasado varios meses, Jay seguía sin acostumbrarse a que cuiden de él. Se sentía raro, y también era frustrante, porque gracias a su inseguridad no podía disfrutar del cariño que ellos dos estaban dispuestos a brindarle.

Jay no tenía un lugar preciso a donde ir, les había dicho eso a Heeseung y Sunoo para zafar de la situación incómoda que se aproximaba. Honestamente, su plan desde que abrió los ojos fue ocuparse de no hacer nada, ya que era fin de semana y esos días tenía descanso, su cuerpo resistía cada vez menos a los intensos día de escuela y trabajo. Sin embargo, las cosas nunca salían a su favor y dado que ahora no tenía idea hacia dónde ir, terminó sentado en una banca de un parque.