Jungwon le había enseñado en dónde se encontraba el baño, por suerte tenía ropa extra en su mochila para poder zafar en esta situación. Según le explicó el chico, estaban en la casa de su mejor amigo, y justo en ese momento eran aproximádamente la una de la madrugada, lo que quería decir que era muy probable que Jake (el amigo de Won) esté durmiendo. Debía ser silencioso.
Pero, había mucho silencio en ese cuarto. Jay estaba sentado en el suelo de la ducha, abrazando sus piernas, pensando muy profundamente. No le importaba estar desnudo, o las consecuencias de no secarse adecuadamente para evitar un resfrío, estaba más enfocado en aguantar el dolor que su cuerpo sufría.
Su padre lo lastimó feo, con un cinturón. Jay se había cansado de esa tortura que cada vez aumentaba, le gritó de la misma forma que él lo hacía siempre, y por recriminarle absolutamente todo lo que sentía, ese hombre comenzó a azotarlo con un cinturón. Primero fue en la espalda, pudo soportarlo, pero después intentó golpear sus brazos, casi llegando a su rostro, pero logró cubrirse para que no pudiera herirlo más. Se tragó todas sus lágrimas, sus gritos, apagó su debilidad por un momento y puso en juego la poca fuerza que le quedaba almacenada en el cuerpo.
Se preguntaba cómo había hecho durante estos años para resistir a este infernal maltrato, de dónde sacaba las esperanzas de que algo iba a mejorar, por quién estaba luchando tanto, y por qué todavía no se había rendido.
¿Tuvo que esperar a que su padre, la única persona que le queda en el mundo, lo golpeara para darse cuenta de que todo ya se había ido a la completa mierda?
Si bien ya sabía que de por sí su vida era un jodido asco, secretamente pensaba que —por más loco que sonara— las cosas podrían mejorar. Fue estúpido pensar en esa incógnita.
Jay, sin embargo, quería refugiarse en la minúscula pizca de esperanza que tenía guardada, para así de esa forma no caer más profundo en aquel pozo depresivo, pero sentía que había tocado fondo.
De todas las veces que huyó de casa, esta es la primera vez que decide no regresar nunca más. Su estabilidad mental y física ya habían tenido suficiente.
—Jay. ¿Estás bien?
Sus pensamientos fueron interrumpidos por dos toques en la puerta y la voz de Jungwon. Dedujo que había tardado mucho en la ducha.
—Estoy bien. —respondió Jay, cubriendo su cuerpo tibio con el toallón que le habían dado. —En un minuto salgo.
Se escuchó un "te espero" de parte de Jungwon, luego sus pasos alejarse de la puerta. Jay, sin muchas ganas, salió de la ducha. Se había enfriado pero, francamente, no le importaba.
Al salir del cuarto de baño, Jay se encontró con Jungwon a mitad de pasillo. Aparentemente, él también iba a ducharse.
—Los padres de Jake no están en casa, así que nos dejará dormir en su habitación y él se irá a la de sus padres. —dijo el pelinegro. Jay asintió. —Es la puerta de allí. Ve a descansar, yo tomaré una ducha.
El rubio volvió a asentir, y se fue en dirección donde Jungwon había apuntado. No se sentía cómodo estando en el hogar de otra persona pero, por ahora, era lo único que tenía. Jay se recostó en la cama, cubriéndose con la manta hasta la nariz. El cuarto de Jake no era muy grande ni muy pequeño, era intermedio, lo que era bastante reconfortante para él, ya que necesitaba un lugar donde pudiera estar en paz.
Pasaron alrededor de quince minutos, Jungwon estaba acomodando algunas cosas en la mochila que él tenía, para luego apagar la luz y acostarse a su lado. De esa forma, no se sentía incómodo, incluso si el chico no hablaba —lo que era raro porque usualmente habla hasta por los codos— el ambiente era tranquilizante.
Inconscientemente, tocó sus heridas, reproduciendo el terrible momento que sufrió. Toda su vida la pasó asustado, temiendo a la persona que se hacía llamar "padre", cada vez que se observaba en el espejo siempre en sus ojos estaba remarcado el miedo, y esa fue una mirada que siempre odió. Verse tan frágil, débil, vulnerable, con los ojos desperdiciando lágrimas por cosas que no lo valían; esa era una imagen que jamás en su vida iba a querer volver a ver.
Por eso mismo, cuando Jungwon lo mira de aquella manera, no puede evitar recordarse así mismo. Odiaba estar asustado, sentir que todo el tiempo podía ser intimidado, no le gustaba aceptar que podían intimidarlo con cualquier cosa.
—¿No puedes dormir? —preguntó Jungwon luego de haber escuchado más de dos suspiros seguidos por parte de Jay.
—Últimamente me cuesta.
—¿Y en qué estás pensando que no te deja dormir? —Jungwon se dio media vuelta, topándose con la espalda del rubio.
—En todo. —suspiró. —No entiendo cómo es que las desgracias parecen ocurrirme nada más que a mi.
—¡La ley de las desgracias! —exclamó el pelinegro. Jay frunció su ceño, a lo que volteó. Los ojos gigantes de Jungwon lo observaban fijamente, lo que le causó un poco de vergüenza.
—¿De qué hablas?
—Oí que hay una límite de desgracias y fortunas para una persona. Si hasta ahora tu vida estuvo plagada de desgracias, entonces ahora es cuando vienen las fortunas.
Eso, sin duda, fue lo más lindo que escuchó en su maldita vida. Absolutamente, no creía en esa superstición, pero la manera que tenía Jungwon de decirlo era simplemente atrayente.
—Es reconfortante escuchar eso. —Jay sonrió sin mostrar sus dientes. A pesar de estar en la oscuridad, las luces de afuera les permitían verse, al menos, los rostros. —Gracias, Jungwon.
—Lo que sea que tengas en mente, déjalo ir. Ya no estás en casa, no necesitas pensar en problemas. —el pelinegro dice, mientras levantaba lentamente su mano y se toma el atrevimiento de acariciar los cabellos dorados del adverso. —Hay que... sanar para poder continuar.
—Tienes razón...
—Cualquier cosa, estoy aquí para ti. —Jungwon le da una sonrisa, para después caer en una timidez horrible. —Puedes sanar conmigo.
—Te tendré en cuenta.
El rubio pudo notar el sonrojo en las mejillas ajenas lo que le provocó un cosquilleo en su pancita. Jay permaneció de ese lado mirando al contrario, hasta que sus párpados comenzaron a pesarle a medida que el chico le daba suaves y lentas caricias a las hebras de su cabello. Jungwon, aparentemente, era la paz que necesitaba.
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¡espero que les guste!
kdl-
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𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུ
Fanfiction𝐉𝐀𝐘𝐖𝐎𝐍┃❝Donde a Jay le importa un carajo la vida, y es Jungwon quien le hace cambiar de parecer cuando se cruza con él en un puente a media noche.❞ [PRIMERA Y SEGUNDA PARTE] ·highest ranking: * #1 en jaywon. * #10 en enhypen. [no a...