capítulo #25: i have something to tell you

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Cuando el coreano había recuperado el aliento para volver a caminar, se dirigió al minimercado acordado pretendiendo que no había ocurrido nada

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Cuando el coreano había recuperado el aliento para volver a caminar, se dirigió al minimercado acordado pretendiendo que no había ocurrido nada. Probablemente sería un poco obvio por sus ojos lagrimosos y rostro pálido, pero confiaba en que durante el camino se normalizaría sin dejar rastro.

No estaba seguro de cómo había logrado conservar la calma, ni mucho menos hacer que el dolor desapareciera, pero en cuanto se alejó del puente es como si realmente no hubiera pasado nada. Era preocupante, porque ahora temía andar solo y que ese incidente le vuelva a pasar.

Luego de un rato, Jungwon divisó a Jake sentado en una de las mesas de afuera del lugar. Respiró profundo para lucir controlado, y avanzó.

—No tenías que empezar sin mi. —se quejó el menor cuando se había sentado frente a su amigo.

—Lo siento. Estabas tardando mucho. —se disculpó el australiano con una inocente sonrisa en sus labios. —¿Qué pasó?

—¿Con qué?

—No lo sé, tu dime. —elevó sus hombros. —Me habías dicho que te saque de casa, supuse que algo pasó.

—La escuela me estaba estresando y tampoco quería estar en casa, eso es todo.

Jake lo miraba extrañado, aunque sabía que su amigo no era muy fan del estudio, nunca había dicho tales cosas, siempre decía que si querían recibirse debían dar lo mejor de ellos aunque la inteligencia no colaborara; los ojos grandes de Jungwon estaban perdidos.

—Si nos conociéramos hace unos días te hubiera creído, pero tu y yo básicamente crecimos juntos, por lo tanto no puedes mentirme. —mencionó el australiano mientras que con los palillos juntaba ramyeon del balde. —Come, se te va a enfriar.

—No estoy mintiendo. —dijo en tono bajo. Jungwon le sacó el plástico al recipiente y el aroma de los fideos inundó sus fosas nasales. —¿Tiene queso?

Él asintió.

—Gracias, Jake. —le dedicó una tierna sonrisa. El mencionado casi se atragantó con su comida al ver tal gesto angelical. —¿Y Niki?

—No me cambies de tema.

—¿Qué tema? —arqueó una ceja.

—A ti te pasa algo.

—No es nada, tranquilo. —sus ojos lograban transmitir una sensación de calma que para el mayor era difícil de ignorar. Jake sentía algo fuerte por las orbes del chico.

—Solo no quiero que cargues con mucho o con lo que crees que no te hará daño, hace unas semanas saliste del hospital y no deseo que te pase algo. —el mayor intentó desvanecer esos pensamientos que surgen cada vez que mira a su pequeño mejor amigo. —Tu sabes, me importas.

—Y lo aprecio. Pero no debes preocuparte, estoy bien. —Jungwon volvió a sonreír.

Continuaron comiendo a pesar del leve silencio incómodo que había aparecido. La noche estaba cerca, y un muchacho que estaba parado en la puerta del local desde que Jungwon llegó, le llamaba indistintamente la atención. Llevaba el cabello oscuro, su rostro se mostraba igual a los ángeles y usaba aún el uniforme escolar, era reconocible que sea de la misma institución a la que él y Jake asisten. Quiso preguntarle a su amigo quién era, pero sería demasiado obvio y no quería lucir como un chusma.

𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུDonde viven las historias. Descúbrelo ahora