capítulo #36: crop top

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El viaje se estaba tornando largo y aburrido, escuchar a Sunghoon y los demás cantando canciones para niños realmente le estaban haciendo doler la cabeza

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El viaje se estaba tornando largo y aburrido, escuchar a Sunghoon y los demás cantando canciones para niños realmente le estaban haciendo doler la cabeza. Heeseung al volante se lo notaba tranquilo, con una pequeña sonrisa en los labios, como si estuviera encantado con las melodías.

—¿Cuánto falta? —preguntó Jay mientras apoyaba la cabeza en su mano.

—Después de la siguiente estación de servicio, una media hora más. —respondió Heeseung. —¿Por qué?

—Quiero usar el baño. ¿Podrías detenerte?

—Claro...

Park le agradeció. Se acomodó en su asiento dispuesto a esperar. Habían pasado quizás unas dos horas desde que tomaron la carretera, se la pasaron haciendo juegos, otros durmiendo y, como había dicho anteriormente, cantando. Para su cabeza llegó a ser mucha molestia el barullo, pero no lo dijo porque no deseaba arruinar el ambiente, oír las risas era algo que no quería dejar de escuchar. Solo si no estuviera tan irritado consigo mismo ahora, tal vez las hubiera disfrutado más.

Heeseung se detuvo como había dicho hace un ratito. Jay bajó como alma que lleva al diablo y se metió en el baño de inmediato, una arcada amenazó su garganta, seguido de una mala sensación en su estómago, vomitó. Le dolió básicamente cada órgano por forzar tanto las arcadas, pero es que era mucho el malestar que sentía y por eso lo obligaba a sufrir así. Apretó el botón y pronto esa cosa horrible se fue por el retrete. Se sentó un minuto en el suelo para calmar su mareo e intentar recomponerse.

Recuerda que así iniciaron los síntomas de su enfermedad, con nefastos vómitos. No sabe qué tan lejos puede llegar, porque últimamente incluso si no comía nada, su estómago se descomponía igual. Y gracias a eso, su peso disminuye haciendose notar principalmente en su rostro, en sus facciones que de por sí ya se marcaban lo suficiente. Teme que alguien lo note y él no sepa qué responder.

—Mi caramelito de limón, ¿estás bien?

Quiso reír por el absurdo apodo que le había puesto Sunoo, intentarlo dolía. Se puso de pie para no levantar sospechas, y acomodando un poco su cabello y ropa, salió del cubículo. Allí el muchacho con gafas de sol lo recibía sonriente.

—Te ves del asco. —dijo Sunoo.

—Gracias.

—¿Te cayeron mal los sándwiches que hice? —su tono se oía desilucionado. —Juro que te di el que no se me cayó al suelo. Ese se lo comió Heeseung.

—Estoy bien.

—¿No me mientes?

—No. Quizás me está haciendo mal el viaje. —o quizás no.

Sunoo plantó una sonrisa en sus labios y se colgó del cuello del mayor, hizo que ambos quedaran mirando hacia el espejo, Jay lo observaba raro cuando se quitó los anteojos y se los puso a él.

𝙎𝙐𝘾𝙃 𝙄𝘿𝙄𝙊𝙏 ཻུDonde viven las historias. Descúbrelo ahora