𝐉𝐀𝐘𝐖𝐎𝐍┃❝Donde a Jay le importa un carajo la vida, y es Jungwon quien le hace cambiar de parecer cuando se cruza con él en un puente a media noche.❞
[PRIMERA Y SEGUNDA PARTE]
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[no a...
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Fijamente lo analizaba. Lo tenía demasiado cerca como para pasar por alto sus largas pestañas, su ceño relajado y los labios entreabiertos dejando escapar los leves ronquidos que a su corazón le parecían super tiernos. Intentaba abstenerse de acariciarle el cabello, capturar mentalmente la presencia de cada rasgo de su rostro, pero esa sola imagen lo impulsaba a cientos de cosas que no podía evitar.
Y era triste. Porque estaba pasando justamente lo que estaba evadiendo desde que ese muchacho apareció en su vida. No quería que le gusten sus suspiros, los pucheros inconscientes que hace cuando se enoja o está inconforme con algo, la alegría que transmite en el mismo segundo que sonríe, no quería que le guste algo que tempranamente iba a perder.
Mirarlo de aquella manera implicaba aferrarse a una realidad en la que no estaban destinados a estar tomados de la mano. En ellos trasciende una historia donde se tienen que separar, otra vez.
Quizás, en otra vida, no estaba muy seguro, lo volvería a encontrar, porque enamorarse de esos ojos era igual a tocar el cielo sin temor a caer, por lo que si tuviera que elegir a una sola persona en todo el mundo para quedarse hasta el último de sus días, ese sería Yang Jungwon.
No tenía temor a caer ante él.
Los párpados adversos comenzaron a moverse, Jay cerró los suyos para no ser descubierto. Jungwon abrió lentamente sus ojos encontrándose con el ser que provocaba fuertes sentimientos en él.
Era tan hermoso.
Se acomodó entre sus brazos y procuró ser muy cuidadoso al moverse. Los labios del rubio resplandecían ante él, pero decidió evitarlo totalmente. Aún se sentía tímido, incluso si Jay no estaba haciendo nada para causar ese sentimiento.
Tal vez porque casi pasó algo entre ellos anoche.
Y aceptarlo solo le daba más vergüenza, porque él no estaba listo, y Jay lo comprendió al instante, a lo que solo se dedicaron a mirarse en silencio hasta quedarse dormidos.
Era evidente que Jay ya lo había hecho antes. Su necesidad se vio en la forma que lo tocaba. Cuando sus manos se filtraron por la piel de su espalda, Jungwon simplemente no pudo soportarlo. Demasiado tuvo con los besos en su cuello. Le dio cosquillas. Sensaciones en su estómago. Pero realmente sintió que no estaba listo.
—¿Siquiera estarás bien conmigo? Tal vez te presioné a que te decidieras... —Jungwon levantó una mano para acariciar su barbilla, la piel tibia del mayor era suave, agradable de sentir en sus dedos. —Yo te quiero, mucho, ¿pero tu me quieres a mi? Ah... agradezco que estés dormido porque sino-
—No estoy dormido.
Jay abrió sus ojos de repente dejando al menor paralizado. Quería mover su mano de lugar, pero era complicado sabiendo que su corazón no opinaba lo mismo. La amplia sonrisa del rubio le causó más vergüenza por haber cometido la equivocación de pensar en voz alta.
